Después de dos campañas merecedoras de olvido, se impone la necesidad de recuperar la calidad del trigo del sudoeste bonaerense. Los bajos índices de proteína deberán quedar atrás si se pretenden conseguir buenas oportunidades comerciales, tanto en satisfacer la demanda de la molinería local como las exigencias de Brasil, nuestro principal comprador, y de otros clientes.
En ello pusieron el acento Leandro Pierbattisti y Rubén Miranda, al disertar en una jornada que organizaron la Sociedad de Acopiadores de Cereales Zona Bahía Blanca y la Asociación de Cooperativas Argentinas, en la Cámara Arbitral de Cereales, en presencia de un alto número de productores y estudiantes de las carreras agronómicas.
Pierbattisti es asesor de Acopiadores y Miranda dirige el criadero Cabildo de ACA.
Tomando como referencia el lema del encuentro, El trigo vuelve al sur, Pierbattisti afirmó que lo hace en muy buenas condiciones, porque la meteorología ayuda, se eliminaron las retenciones y los ROE's y no existen las limitaciones impuestas por el gobierno anterior para vender.
"El trigo del SOB ha sido tradicionalmente de muy buena calidad y ese concepto lo debemos preservar", dijo.
"El mundo mira siempre al trigo argentino", indicó, para señalar que en el exterior se valora su condición correctora. "Brasil es el tercer importador mundial, pero no puede captar todo el saldo argentino. Debemos procurarnos otros compradores, pero garantizando una calidad esencial", advirtió.
Luego dijo que Brasil pide 10,5 de base húmeda o 12 seca, en función de los requerimientos de su industria molinera. Por debajo, sería imposible sentarse a negociar.
Miranda, por su parte, señaló, en declaraciones al programa Todo Campo, que el agricultor debe comprender que no puede complicarse otro año con bajos índices de proteína. "Para colocar el trigo en el mercado interno y para venderle al Brasil, debemos asegurar un 11% de proteína base húmeda", afirmó.
El técnico cooperativista comentó que los niveles proteicos han venido disminuyendo en la zona en las dos últimas campañas y acotó, entre otros factores, la falta de rotación de los lotes.
"Para no tener dificultades en la comercialización, se justifica hacer un esfuerzo en el mayor uso de tecnología", indicó, además de subrayar que este año "se dan las condiciones más auspiciosas de las diez últimas campañas, porque necesitamos menos trigo para pagar un kilo de nitrógeno. Esto no lo podemos desaprovechar. Del nitrógeno depende el contenido final de proteína".
En cuanto a Brasil, Miranda dijo que "quieren el mejor producto posible, allí donde les resulte más barato cargarlo. Saben que en la zona de Bahía Blanca el trigo tiene índices más bajos de ceniza, con respecto a la de Rosario, lo cual es una ventaja".
Fuente: La Nueva.