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Ana Clara Rivero.
Después del éxito obtenido en el concurso en la Corte Internacional de La Haya, Holanda.
Tiempo para hacer una evaluación sobre una extraordinaria experiencia de aprendizaje, para quien el año que viene se recibirá de Abogada.
Inmenso esfuerzo personal y familiar.
A su regreso en nuestra ciudad nos dijo que “este resultado es obviamente el fruto del trabajo en equipo; lo que rescato de esto es que se aprende muchísimo al trabajar con otras personas y se generó una confianza increíble. Esto es lo que más nos ayudó para poder avanzar y que nos vaya bien. Es algo indispensable poder trabajar en equipo, con la total confianza que el otro va a hacer bien la tarea, eso es impagable, porque la confianza entre todos es lo que mueve al equipo”.

El 3 de junio último tuvo lugar la instancia final de la 4ta Competencia Internacional de Simulación Judicial en la Corte Penal Internacional de La Haya.


Ese día se coronó una semana muy intensa para todos los participantes. Entre ellos para el equipo integrado por cuatro personas, entre ellos la suarense Ana Clara Rivero, representante de la Facultad de Derecho de la UBA.
Los cuatro jóvenes estuvieron en Holanda, acompañados por los coach que les habían ayudado a prepararse para tan ardua competencia, preparativo que desarrollaron a lo largo de varios meses previos.
El equipo de la UBA obtuvo el 2do lugar en el resultado final de la competencia. Pero la calificación de los jueces guardaba, además, un galardón especial para la joven suarense estudiante de la carrera de Derecho: fue calificada como la mejor oradora del certamen, recibiendo en consecuencia una distinción especial por esto. Y quedó designada por la Corte Penal Internacional de La Haya como embajadora argentina de este organismo.
La emoción para Ana Clara Rivero fue inmensa. Desde luego para sus padres y su hermana, que también estudia Derecho, que siguieron la exposición a través de Internet por un sitio web en tiempo real.
El jueves Anita Rivero regresó al país luego de esta extraordinaria experiencia y viajó inmediatamente a Coronel Suárez para estar unos días con sus padres.
Su madre le había pedido especialmente que trajera para aquí la placa. Claro, quería ver y tocar lo que es un premio al esfuerzo y dedicación que desde siempre ha tenido su hija, por lo que sus logros no son casualidad, es la cosecha que deviene cuando hay mucho estudio detrás.
Ana Clara sabía a los 15, 16 años, que quería estudiar abogacía. Entonces, en el ante último año de sus estudios secundarios, empezó a aprovechar una oportunidad que la UBA abre hacia el interior. Empezó a cursar las materias del ciclo introductorio de la carrera de abogacía a través de Internet, con el sistema que se conoce como Universidad Siglo XXI. Iba a rendir los exámenes viajando a Buenos Aires en tren, dando clases de particular para juntar algo de dinero para poder pagar el pasaje, sacar las fotocopias y comprar el material de estudio. Para cuando terminó el secundario tenía aprobadas 4 materias del ciclo básico, de un total de 6 que correspondían al primer año.
En su casa, rodeada por el afecto de su familia, Ana Clara Rivero habló con La Nueva Radio Suárez sobre la experiencia que acaba de vivir, que le ha sumado aprendizajes para su carrera que resultan verdaderamente fuera de lo común.
“Todavía no caigo, no lo puedo creer. Fue una semana increíble, nos pasaron muchísimas cosas, trabajamos muchísimo en equipo, que eso es lo más importante en definitiva (el equipo estaba integrado por Aldana, Daniela y José, además de Ana Clara); fuimos con los coach, que fueron un gran apoyo para nosotros. Ellos están especializados en Derecho Penal y en Derecho Internacional y fueron un apoyo muy importante para nosotros. Esa semana fue agotadora, muy movida, pero a su vez fue lo más lindo que me pasó en la vida”.
En la competencia, en la que cada equipo iba representando diferentes roles, al equipo de la UBA le tocó primero asumir el rol de representación de las víctimas “ahí salimos primeros en esa ronda. Después asumimos el rol de representación de la defensa, al otro día, ahí salimos segundos y calificamos entre los primeros tres de los 9 que pasaban a las semifinales. Nos tocó nuevamente hacer el rol de víctimas en la siguiente jornada. Dio la suerte que estuve yo en esos roles los tres días que estuvimos hablando. Después nos enteramos que habíamos pasado a la final y realmente no lo podíamos creer. Este resultado es obviamente el fruto del trabajo en equipo; lo que rescato de esto es que se aprende muchísimo al trabajar con otras personas y se generó una confianza increíble. Esto es lo que más nos ayudó para poder avanzar y que nos vaya bien. Es algo indispensable poder trabajar en equipo, con la total confianza que el otro va a hacer bien la tarea, eso es impagable, porque la confianza entre todos es lo que mueve al equipo”.
Así rememora Ana Clara Rivero el momento en el que es elegida como la mejor oradora de la competencia: “el día de la final también asumimos el rol de víctimas, designado por sorteo. Hablábamos mi compañero José y yo. A mí me tocaba la primera parte del discurso, luego continuaba él. Competíamos con la Universidad de Venezuela, que fue la que ganó, y la Universidad de México que salió tercera. En ese momento se produjo la audiencia, con la presencia de jueces que estuvieron en las anteriores instancias, equipos que no habían pasado a la final. Se realizó ante jueces de la Corte Penal Internacional en la sede de la Corte misma, lo que para nosotros fue muy importante. El lugar se impone muchísimo y a uno le genera unos nervios que son difíciles de contener. Luego de desarrollada la audiencia los jueces deliberaron. Al momento de nombrar al mejor orador me nombraron a mí. No lo podía creer, estaba muy contenta. A la vez uno quiere también el premio del equipo, porque queríamos ganar como equipo. Pero salimos segundos, fue un excelente resultado, que no se puede negar. Estuvimos muy contentos por eso y fue una experiencia única”.
¿Por qué considera que la eligieron? Luego de aclarar que los jueces hacen devoluciones generales a los equipos, Anita responde que “la verdad que no se qué tuvieron en cuenta para que me elijan como mejor oradora, yo lo que hago es tratar de hacerlo con pasión, que es lo que más me gusta, realmente. Y trabajé seis meses para poder estar ahí, al igual que todos los demás. Tuve la suerte que me hayan elegido como mejor oradora, obviamente eso me puso muy contenta, sobre todo porque también sabía que mi familia me estaba viendo del otro lado; se habían levantado a la madrugada para poder verme en vivo. Estamos todos muy contentos”.
Anita ha sido elegida como la Embajadora Argentina de la Corte Penal Internacional. Aclara que “este es un proyecto que se realizó ahora, que está en plena prueba piloto. La idea es que haya un representante en cada país para poder promover el derecho penal internacional dentro de las universidades, para poder estimular a los estudiantes de grado que se interesen por el derecho penal internacional. Lo que se está tratando de hacer es generar actividades y estar en contacto con gente de la Corte Penal Internacional”.
Anita y todo el equipo recibieron las felicitaciones de sus profesores. Pero hubo un saludo que a esta joven estudiante la emocionó y mucho.
Del Dr. Alejandro Kiss, quien es un reconocido académico del ámbito del derecho penal internacional. Los estudiantes de la carrera de derecho analizan sus libros, estudian sus conceptos sobre la materia. Ana Clara Rivero lo había visto y saludado los primeros días, cuando recorrían diferentes dependencias de la Corte de La Haya.
Inmensa fue su sorpresa cuando al finalizar el último día de competencia, luego de obtener el segundo premio y Ana ser elegida la mejor oradora, el Dr. Alejandro Kiss se le acercó, la felicitó especialmente y le dijo que la aguardaba un gran futuro, que lo que había vivido era el primer paso de una gran carrera como abogada.

 
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