Cuando el último fin de semana el Padre Leandro Volpe celebró la misa en la Iglesia de Santa María la ceremonia tenía en esta ocasión un condimento especial: la renovación de los votos matrimoniales de Esther y Jorge, tras 50 años de matrimonio.
Las palabras del sacerdote fueron emocionantes, las lágrimas brillaban en los ojos de quienes estaban jurando otra vez su amor ante Dios y también en todos los familiares reunidos para la ocasión.
Cuando terminó la ceremonia los esposos no alcanzaron a llegar al atrio. Muchos vecinos, conocidos, familiares y amigos se apuraron a darles un enorme abrazo en el pasillo mismo de la nave central de la Iglesia.
Esto fue muy emocionante para Esther y Jorge, porque sintieron el cálido afecto de la gente de Santa María, el pueblo alemán que eligieron para hacer llevar a cabo un proyecto con su hijo Daniel.
Es que los tres han puesto en valor una casa de más de 125 años, que perteneciera a uno de los fundadores de Santa María. La han restaurado, salvaron incluso un viejo galpón –donde funciona ahora un pequeño salón comedor-, en el que se construyó el atrio de la Iglesia de Pueblo Santa María, y han constituido allí un espacio que permite disfrutar de la tradición, la cultura y la gastronomía alemana, donde se cocina como hace muchos años, en hornos de barro.
Esther y Jorge recuerdan que se conocieron cuando ambos eran muy jóvenes, 14 años ella y 18 años él. Se empezaron a ver como todas las personas que se gustan: un poco a escondidas, cuando ella salía a hacer algún mandado y él rondaba justo por la casa de sus padres. Hasta que un día se animó y pidió permiso para entrar en la casa.
Más que pedírselo al padre se lo tuvo que pedir a la madre de Esther, que era muy celosa. Luego vinieron las visitas a la casa de los padres con la presencia de todos, y hasta una hora temprana, prudente. Luego de cuatro años de noviazgo se casaron.
El vestido se lo cosió Alfonsina, la modista de Pueblo San José, que ha confeccionado vestidos de novia y de quince años para toda la gente de los tres Pueblos Alemanes. Es el mismo vestido que hace unos años atrás lució una jovencita en la representación de un casamiento típico alemán.
¿Cuál es la receta para tantos años juntos, felices y amándose? Lo contesta Jorge: saber que los conflictos se resuelven considerando que la razón puede estar de los dos lados, mitad y mitad.
Fue una cálida celebración del amor, de la vida transitada juntos, que tuvo lugar el pasado fin de semana.
Con los mismos padrinos que los acompañaron hace 50 años atrás a dar sus primeros votos, con el mismo fotógrafo de entonces, Armando, que volvió a capturar cada momento memorable de esta celebración. Ahora acompañados de sus hijos, nueras, nietos y hasta un bisnieto que ha llegado a la familia.