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Hoy sábado desde las 14 horas.
Bicicleteada desde el playón del ferrocarril hasta el Balneario.
La inscripción es un aporte en dinero a voluntad, que será utilizado para reparar el automóvil que utilizan en el Hogar La Providencia.

Hoy sábado, con el apoyo de la Municipalidad, tendrá lugar una bicicleteada desde el playón del ferrocarril hasta el Balneario Municipal. Una vez en ese espacio verde la propuesta es compartir entre todos una mateada para renovar fuerzas para el regreso hacia la ciudad.
La inscripción para participar de este evento es un pago en dinero a voluntad, el que tendrá como destino la reparación del vehículo en el que se trasladan las Hermanas del Hogar la Providencia y que utilizan para el trabajo social y comunitario que desarrollan con los niños que están bajo su cuidado y con muchas familias a las que ayudan.
La reparación está presupuestada en alrededor de 7 mil pesos, según comentó la Hermana Liliana.
Es una oportunidad de realizar una actividad recreativa, saludable y solidaria. La invitación a toda la gente a que se sume en este recorrido hacia el Balneario Municipal, colaborando con el Hogar La Providencia.
Esto fue lo que dijo la Hermana Liliana Moyano, Directora del Hogar.
Al principio de la entrevista preguntamos a la religiosa sobre cómo percibe la situación social, si le parece que las dificultades se han profundizado, considerando que hay un grupo de familias a las que desde el Hogar La Providencia se asiste y acompaña.
“Hay más gente que se acerca al Hogar, sobre todo para pedir alimentos. Suelen ser parientes de las personas que ya estábamos atendiendo, o están relacionados entre sí. En cuanto a los servicios como gas, en general, la gente usa garrafas o leña. Igualmente es caro, pero el tema de la tarifa de gas no ha impactado directamente en estas familias porque no tienen este servicio. De todas maneras los aumentos se anotan en la alimentación y es lo que la gente nos va a pedir con muchísima frecuencia, más que antes. Gracias a Dios la comunidad es más solidaria que antes y sin decir nada tocan timbre y llevan mercadería, alimentos, ropa, juguetes, para poder compartir con quienes lo están necesitando más. Esto no es una solución. La solución sigue siendo siempre la misma: ver cada familia, cada situación en particular y ver cómo promoverla dignamente. Que una persona o un grupo familiar tenga que recibir siempre no es bueno, es lo que se puede hacer en un caso de emergencia, pero no es una solución a largo plazo. Tampoco es bueno que los menores vean que se vive recibiendo gratis, tiene que haber una cultura del trabajo, del esfuerzo, de horarios a cumplir, que ellos tienen que verlo reflejado en sus padres. Si sus padres no tienen, o no quieren trabajar, no estamos educando con el ejemplo ya desde niños”.
Agregó la religiosa que “en este día –por el viernes- del Sagrado Corazón de Jesús, llenos de gratitud, nosotros en la mañana rezamos y le damos gracias a Dios por toda la solidaridad de la gente. Pero también nos duele, nos preguntamos cómo llegar a una solución de fondo, real, no a una ayuda para el momento, que tampoco alcanza. Hay que hacer un trabajo en conjunto. Salud, educación, trabajo; y en cuanto a los adultos es fundamental capacitar y/o otorgar el trabajo digno que necesita una persona. Hay quienes quieren trabajar pero no tienen las herramientas o la capacitación para hacerlo. Mientras, algo se puede ir haciendo, mientras se van capacitando para algo más. En cuanto a los niños hay que ver cada caso en particular, porque hay quienes están sufriendo mucho desde hace mucho tiempo”.

 
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