Nuevamente, el barrio de Villa Belgrano fue anfitrión de una fecha que es muy importante para todos, el 25 de mayo. La comunidad de Coronel Suárez con sus instituciones escolares, sociales y deportivas, marcó su presencia en el barrio, para participar de los actos celebratorios de la fecha patria. La oportunidad fue adecuada para conversar con una querida vecina del lugar.
“Un día especial para la Villa, por eso vamos a tratar de festejar un lindo día de la patria”, dijo Marta González, que preside la institución que nuclea a los jubilados del barrio, pero que además, ha vivido toda su vida en ese lugar. “Mi madre fue nacida y criada en el barrio”, y agrega “para mi es una satisfacción muy grande –que se celebre en el barrio la fecha patria- siempre la villa estuvo relegada, ahora vemos que tenemos un reconocimiento. Esto lo creó Ricardo Moccero, festejando el 25 de mayo en nuestro barrio. El siempre tuvo presente nuestro lugar, no como un barrio de los pobres, sino que lo incluyó dentro de la ciudad, porque es un lugar de gente muy buena y muy trabajadora”.
Más adelante, y sobre la marcha del Centro de Jubilados, indicó Marta González que “mejor de lo que nos va no nos puede ir. Tenemos un grupo de gente que es una maravilla. Todo lo que hemos hecho, en apenas un año y medio que estamos, es increíble. Todo lo hicimos a pulmón, más allá de las ayudas que hemos recibido desde la Municipalidad y desde la Cámara de Diputados. Ricardo Moccero nunca se olvidó de las personas mayores de Villa Belgrano”.
Sobre las obras de mejoras llevadas a cabo anticipó Marta González que se ha restaurado el espacio donde funciona el taller de actividades manuales “para que se sientan bien, estén en un lugar agradable y calentito. Que tomen su té y su mate, en un espacio adecuado. Restauramos también todos los baños. También el fogón fue hecho prácticamente nuevo. Ahora estamos a punto de conectar el gas, que era el anhelo más grande para nosotros. Esta semana es muy probablemente que esté conectado el gas. Hemos puesto los calefactores, el termo, y otros equipos para calefaccionar el salón. También hemos puesto el portón de emergencia que nos hacía falta, hicimos un alero, en una entrada al saló que quedó muy hermosa. No vamos a bajar los brazos, y vamos a seguir trabajando si la gente nos sigue acompañando. Hemos puesto el hombre a todo, como personas adultas que somos, pero no le sacamos el cuerpo a nada”.
Lo que resta: hacer el piso, y “darle una lavada de cara a todas las paredes. Y después seguiremos por afuera –hemos hecho las bajadas de agua del techo, hicimos una vereda a la largo del salón-; la vamos luchando y vamos haciendo todo, pesito que agarramos, los vamos invirtiendo”.