El experimentado médico y científico argentino fue director de la UBA entre el 2002 y 2006 y hace foco en las problemáticas educativas del país desde los años 80. Mediante investigaciones y experiencias vividas, escribió "La tragedia educativa" en el año 99. A continuación, sus principales reflexiones sobre la actualidad de la educación argentina en diálogo con Vorterix.
"Lo de la universidad es un problema crónico. A mi me tocó una época también muy difícil. Creo que gradualmente se vuelve a eso, digo que son problemas cronicos porque la Argentina no privilegia la educación y esta es una demostración más. El porcentaje del producto bruto que se invierte es menor al que invierten otros países, es menos del 1% y en general se invierte en educación universitaria pública 1,5 o 2%. Creo que ahí reside el problema".
"No hay un interés concreto por mejorar la educación, hay interés en otorgar títulos, pero sostener una universidad de calidad es muy caro y todavía el país no ha entendido que eso es fundamental para su desarrollo".
"En general, la gente está satisfecha con la educación. Si uno le pregunta a los padres como está la cuestión educativa del país el 70% dice que está mal o muy mal, sin embargo cuando uno le pregunta a los padres si están conformes con la educación de sus hijos, el 70% dicen que están satisfechos o muy satisfechos. Y esta respuesta incluye a todos, a los ricos y a los pobres, tanto a los que mandan a sus hijos a escuelas de gestión estatal como a los que los mandan a una escuela de gestión privada".
"La gente piensa que por un milagro se ha salvado de la crisis que ve. Advierte que hay una crisis pero piensa que afecta a los demás. Y los políticos leen las mismas encuestas que la gente, entonces, ¿para qué vamos a complicar esto que trae conflictos con todos?".
"Es muy difícil atacar un problema de la trascendencia que tiene la cuestión educativa si no hay una base social de apoyo. Lo que uno observa hoy es que el pacto básico de la educación, que son los padres asociados con los maestros para educar a sus hijos, está roto. Hoy los padres están asociados a los hijos en contra de la institución escolar, a la que ven como un lugar de opresión, un lugar que exige cosas para dar algo que quieren, que es la certificación y se trata de bajar las exigencias para conseguir eso que se quiere de manera más sencilla. Esto es sumamente peligroso".
"Hay que concientizar a la gente de que el problema educativo está entre las cuatro paredes de nuestras casas. Nosotros tenemos ese problema, no existe en otro lado".
"No pasa por las clases sociales. Si uno observa aún en los más favorecidos, el rendimiento educativo es malo. En la prueba PISA que se hace cada tres años adolescentes de 15 años de todo el mundo, los chicos que más rinden son los hijos de los profesionales, los hijos del 25% mas rico y los chicos que van a las escuelas que tienen mayores facilidades. En la Argentina pasa exactamente lo mismo. Pero aún así, los chicos que más rinden en la Argentina son peores que los hijos de los barrenderos, los hijos de los que van a las escuelas peor dotadas y los hijos del 25% más pobre de 30 países".
"Esto viene desde hace mucho tiempo. Desde los 90 estamos envueltos en este problema. No hay un gran cambio porque no se ha concientizado a la gente. Esto se puede revertir, hay muchos países que están cambiando. La Argentina en evaluaciones del nivel primario que ha hecho la UNESCO en los años 90, estaba segunda por detrás de Cuba. Hoy está octava".
"Fundamentalmente hay que poner interés y la mirada en los docentes. No hay sistema educativo que sea mejor que sus docentes. Si queremos hacer un cambio profundo tenemos que volver a prestigiar la actividad docente, volver a hacer una formación docente de alta calidad. La Argentina tiene alrededor de 1300 institutos de formación docente, los países desarrollados tienen 25, 30, 40. Se imaginarán, acá hay de todo, hay muy buenos, hay muy malos. La formación docente no puede ser una alternativa a otras actividades que no se pueden encalar o una elección de última instancia. Tiene que ser prestigiada".
"La escuela media se ha convertido en una etapa de cinco años prácticamente sin sentido, una larga preparación para el viaje de egresados. Es insólito que la mitad de los chicos al terminar la escuela media no comprenden lo que leen, el 70% de los chicos tienen complicaciones para realizar simples operaciones de abstracción matemática".
"Los chicos siguen siendo material interesable, lo que necesitan son buenos profesores que logren interesarlos".
Fuente: Infobae.