El desánimo que, el último año, llevó a muchos productores argentinos a no sembrar o aplicar tecnología en sus campos y que provocó que se registrara la menor superficie histórica de siembra de trigo, podría tener consecuencias negativas en los próximos meses, ya que algunas estimaciones arrojan que el país podría quedarse sin trigo en octubre.
Si bien se refieren a la cuestión como una luz de alerta, para los analistas las cuentas son bien claras: la cosecha fina arrojó aproximadamente 10,5 millones de toneladas de trigo. De ese volumen, unas 5 millones de toneladas se exportaron, otras 6 millones se destinaron al mercado interno y solo quedaría un remanente (carry over) de trigo de muy mala calidad.
“Es un alerta, pero para octubre el país podría quedarse sin trigo –-aseveró el consultor de Nóvitas, Enrique Erize--. Creo que vamos a llegar muy justo, porque recién en noviembre entraría el trigo del norte del país. Nos quedan seis largos meses”.
El analista, quien fue el encargado de cerrar, ayer, la séptima edición de A Todo Trigo, que organiza la Federación de Acopiadores en Mar del Plata, destacó la medida del gobierno nacional de cuidar el otorgamiento de licencias de exportación y de poner límites en los tiempos de embarque, considerando que fueron necesarios para evitar que el alerta se transformara en un problema.
“Si no hubiera habido límites, se habrían vendido un millón más de toneladas de trigo, y hoy estaríamos ante un grave problema. Las medidas fueron muy criticadas, pero impidieron que el productor –encandilado por el efecto de suba de precios por la salida de retenciones y la devaluación- vendiera más trigo que el que se vendió”, indicó.
Erize aseguró, también, que esta coyuntura terminará provocando un aumento en el precio del trigo, y por consiguiente del pan.
“Seamos sinceros. El gran ganador de estos últimos dos años ha sido el panadero, porque cuando el trigo se fue a 700 dólares la tonelada, el pan subió y se fue a 20 pesos; pero cuando el precio cayó, el valor del pan no bajó más”, señaló.
Por otro lado, Erize estimó que este año se sembrarán unas 5 millones de hectáreas en todo el país, un área que permitirá –con un rinde promedio de 3 mil kilos por hectárea- producir unos 15 millones de toneladas, de las cuales 6 millones irán a mercado interno, 5 millones a Brasil y el sobrante para otros mercados.
“El problema podría darse el próximo año, si se sigue aumentando el área, porque nos vamos a ver complicados. Es difícil ser competitivo en un mercado con jugadores importantes como Canadá, EE.UU, la Unión Europea o Rusia”, analizó.
“El año pasado pedíamos, por favor, que sembraran trigo, y la gente estaba asustada; en cambio, ahora está entusiasmada, y puede llegar a ser un peligro a futuro. En los tiempos que vienen, aquel que sepa manejarse en los mercados de futuros y opciones, o armar ingenierías comerciales y financieras, va a sacar ventaja”, añadió.
En ese sentido, Erize afirmó no ser fanático de los libres mercados sin injerencia del gobierno.
“En los Estados Unidos, el USDA marca la cancha; y yo creo que acá debe pasar lo mismo. Hace unos meses, representantes del gobierno fueron a Brasil a pedir disculpas por lo sucedido en los últimos cinco años –por la no exportación de trigo-, y creo que se debería hacer lo mismo en Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador y Chile, para aumentar nuestra participación como exportadores de trigo”, sostuvo.
Al respecto, manifestó que debería hacer una gestión similar con el girasol, que en la actualidad tiene un precio competitivo respecto de la soja.
El sudoeste bonaerense
Erize dijo que a los productores trigueros del SOB les vendrá bien que sus pares de la zona núcleo aumenten la superficie de trigo, ya que liquidan su producción en diciembre, sobre la cosecha.
“De este modo desagotarán el mercado en diciembre, vendiendo trigo al norte de África y Medio Oriente. Será bueno para quien tenga la posibilidad de hacer un trigo de calidad y arbitrar los medios para venderlo en abril o mayo de 2017, aprovechando los precios de venta para Brasil, con una suba de U$S 20/30 por tonelada”, dijo.
Dijo que la mejor opción para el SOB es hacer trigos de calidad, difiriendo la venta para el segundo trimestre de 2017.
“Hay que hacer un buen cultivo. Si hacen un trigo de alto potencial de rendimiento y baja calidad, tendrá un castigo en el precio, pero una ventaja en el rinde. La gente decidirá”, concluyó.
Un regreso a la normalidad
Rareza. “Hemos vuelto a la normalidad. Es raro decir eso, como también lo fue ver a un ministro de Agroindustria (por el de la Nación, Buryaile o su par bonaerense, Sarquís) dialogando con productores". Textual de Fernando Rivara, titular de Acopiadores.
“Una oportunidad histórica”
Año. “Tenemos una oportunidad histórica y hay muchísimas cosas que ajustar, pero éste es el año en que vuelve el trigo”, dijo el ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo Sarquís (foto), también presente este jueves y viernes en A Todo Trigo.
Fuente: La Nueva.