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Hacia un cambio de paradigma.
“La fertilización del trigo es, hoy, el mejor negocio”.
Desde Fertilizar Asociación Civil se apuesta al (favorable) contexto para la utilización de la mayor tecnología.

“Está comprobado, con respuestas promedio, que se puede obtener una renta del 100% en 6 meses. Por eso, la fertilización de trigo es el mejor negocio que hoy tiene el productor agropecuario”.
La frase es de Víctor Accastello, vicepresidente de Fertilizar Asociación Civil.
A modo de ejemplo, se mostró el retorno económico sobre los datos de una red de 20 ensayos de los últimos 10 años en el sudeste bonaerense.
“A los actuales valores de los fertilizantes, si un productor invierte 150 dólares por hectárea en incorporación de nutrientes, puede esperar un incremento de rendimiento de 2 toneladas de trigo por ha. y una mejora significativa en el contenido de proteína.
“El ingreso del productor aumenta 300 dólares por hectárea, lo que se traduce en un retorno de la inversión del 100%. No existe, en un año con estas expectativas, mejor inversión que fertilizar el cultivo”, amplió.
“Por la baja en el precio de los fertilizantes, la relación insumo producto, hoy, es muy buena respecto de años anteriores. Se requieren unos 2,3 kilos de trigo para comprar un kilo de urea y unos 3,5 kilos de trigo para comprar un kilo de fosfato diamónico.
“Si consideramos el valor del trigo a futuro, logrando un grano con calidad panadera, esta relación de precios mejora aún más”, indicó.
Según Jorge Bassi, titular de Fertilizar, en los últimos años el productor priorizó gastar menos y reducir los riesgos, por sobre maximizar eficiencias, rendimientos y calidad.
“Debemos cambiar esta mentalidad, ya que el contexto adverso que llevó al productor a dejar de utilizar herramientas importantes, como el análisis de suelo y la fertilización balanceada, se ha modificado radicalmente”, sostuvo Bassi.
Respecto de la calidad de la cosecha pasada, Bassi sostuvo que la proteína se construye con nitrógeno.
“No podemos tener más proteína que el nitrógeno que ha acumulado el cultivo al momento del llenado de grano. En la última siembra se aplicaron dosis muy bajas de fertilizante nitrogenado y esta es una de las principales razones para explicar la mala calidad cosechada. Con más kilos de nitrógeno, habrá más producción de proteína por hectárea; la relación es directa”, detalló.
Bassi reiteró la importancia del análisis de suelo anual, herramienta clave para conocer la disponibilidad de nitrógeno, que se hace más crítica en años lluviosos, donde se lavan los nitratos.
Dijo que el nitrógeno es el elemento vital para la producción en gramíneas y que se debe manejar con un adecuado diagnóstico para maximizar su eficiencia.
“Las actuales variedades requieren una mayor disponibilidad de nitrógeno para lograr maximizar el rendimiento y aceptables niveles de proteína en forma simultánea. A su vez, monitorear el cultivo y realizar aplicaciones tardías de nitrógeno es una estrategia válida para mejorar los contenidos de proteína en grano“, explicó.

 
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