“Hay razones para ser optimista. La recuperación de los precios, y la consecuente mejora en los márgenes del cultivo, habilita a que el productor girasolero considere incrementar la superficie en la venidera campaña”, dijo el licenciado Iván Ullmann, de la Dirección de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca.
A esta conclusión arribó tras la zafra de la campaña 2015/2016 en el sudoeste bonaerense y el sudeste pampeano donde, por segundo ciclo consecutivo, el girasol alcanzó óptimos guarismos productivos.
“Las variables climáticas tuvieron, al igual que lo sucedido en el ciclo precedente, un comportamiento más que favorable, que le permitió a la oleaginosa un adecuado tránsito a lo largo de todas las fases”, agregó Ullmann.
“El ingreso de las cosechadoras a los lotes, con cierto retraso frente a la fecha de inicio de trilla de años anteriores, confirmó las expectativas de cosecha. Es decir, rindes por encima de la media y una aceptable calidad comercial”, sostuvo.
La superficie implantada se contrajo en un 12%, pasando de 330.000 hectáreas, del ciclo 2014/15 a 290.000 has. en 2015-16.
“La retracción fue generalizada. Un escenario económico del cultivo que no se mostraba atractivo al momento de la siembra, más un mercado externo de precios deprimidos y alta incertidumbre sobre el futuro de la comercialización, exigía rendimientos de indiferencia que superaban con creces los históricos”, detalló Ullmann.
En cuanto a los rindes, el excelente acompañamiento de las precipitaciones y la ausencia de amplios períodos de temperaturas extremas en diciembre y en enero, permitieron un óptimo desarrollo del cultivo y el llenado de granos.
“De esta manera, la oleaginosa anotó una productividad levemente menor a la de la última campaña. La merma en rendimiento fue del 5%, al pasar de 2.000 Kg/Ha. en 2014/15 a 1.900 Kg/Ha.en 2015/16”, añadió.
En producción, y en un escenario de rendimientos inferiores a los logrados en la campaña precedente, la variación productiva estuvo marcada por la merma en la superficie implantada.
“El tonelaje total recolectado registró una caída del 17%, al pasar de 660.000 toneladas del ciclo 2014/15 a 550.000 tns. en la cosecha 2015/16”, indicó.
El girasol transita, actualmente, por un escenario comercial diferente respecto del momento de la siembra.
“A pocos días de asumir, el nuevo gobierno eliminó los derechos de exportación y la oleaginosa pasó de tributar el 32% a 0%. Esta reducción impositiva se tradujo rápidamente en una mejora en el precio percibido por el productor, impactando de manera favorable en el margen bruto”, explicó Ullmann.
En octubre de 2015, en la previa de la siembra, por girasol de la cosecha 15/16 el mercado ofertaba, en Bahía Blanca, 200 dólares por tonelada y, en Necochea, U$S 200.
“En el caso de alto oleico, los contratos adicionaban primas del orden de los 20 dólares, muy por detrás de los U$S 45 de prima que ofertaba dicho tipo de contratos en la cosecha previa”, dijo Ullmann.
Actualmente, los valores son: en Bahía Blanca, U$S 290 para abril–mayo y U$S 295 para junio.
En Necochea, U$S 288 para abril–mayo y U$S 293 para junio. En el caso de alto oleico, la prima se redujo a 5 dólares.