Si bien se habían generado ciertas expectativas por el clásico de los Pueblos Alemanes, justo es reconocer que los dos equipos estaban en los últimos lugares de la tabla de posiciones, aunque ambos iban por la recuperación y por su primera victoria del certamen.
Lejos, muy lejos, estuvo el partido de satisfacer a la gente que fue a la cacha.
Como expresó el jugador Martín Holzmann,”fue un dolor para los ojos”, y es cierto, esa fue la síntesis para un partido que fue el peor jugado en mucho tiempo a esta parte.
En los primeros 45 minutos prácticamente no llegaron a los arcos, ninguno fue un dominador del juego, pero además se cansaron de rifar la pelota, con una sucesión de pases mal dados de un lado y el otro, sumándose a que la pelota viajo mucho tiempo por el aire o fuera del terreno de juego.
En definitiva, el cero a cero estaba bien, ya que solo hubo intención de llegar al arco contrario, y si lo hicieron fue en contadísimas ocasiones.
En la etapa complementaria insinuaron algo mas, sobre todo en el comienzo y en el último cuarto de hora, teniendo en cuenta que el tiempo reglamentario expiraba, de los dos mereció algo mas de suerte Independiente y si se llevaba los tres puntos no hubiera sido injusto, auque el empate y sobre todo el cero a cero, no estuvo mal y castigo a los dos, por el pobrísimo desarrollo y de propuestas que tuvo el partido.
Fue cero a cero y está bien.
Dirigió el encuentro Jorge Romero y en reserva terminaron uno a uno.
Ambos conjuntos siguen en el ultimo lugar y mucho tendrán que mejorar si pretenden tener posibilidades de clasificar a la siguiente etapa, máxime que El Progreso queda libre el domingo que viene e Independiente visita a San Martín de Santa Trinidad.