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Este año, el trigo buscará recuperar el terreno perdido
Según los especialistas, el área de siembra podría aumentar hasta un 50% en todo el país.
La fertilización será la clave para obtener calidad.

La liberación del dólar, la quita de retenciones y los buenos precios internacionales cambiaron las reglas de juego para los productores trigueros. Por ello, las proyecciones hablan de un aumento de la superficie sembrada que podría ser de hasta el 50%, un porcentaje que no sería extraño que también se diera en el sudoeste bonaerense.
Esta tendencia se ve reafirmada por un informe emitido desde la Bolsa de Comercio de Rosario, que indica que este contexto permitirá que los cultivos de trigo y cebada se vean ampliamente beneficiados, aunque el primero ganaría más espacio. Según se explica, cabe esperar que la superficie triguera se recupere en la provincia de Buenos Aires en mayor medida que en el resto del país.
Para el dirigente de la Sociedad de Coronel Dorrego, Amaro Merino, la cuestión es bien simple: habrá un incremento de área de siembra del principal cultivo de nuestra región, y un mayor uso de fertilizantes para conseguir calidad y proteínas al finalizar la cosecha.
“En nuestra zona se habla de 20% o 25%, pero yo diría que será mayor aún. La siembra se ha visto muy restringida en los últimos años, y creo que vamos a llegar a un aumento de hasta el 50%, similar al de la zona núcleo”, aseguró.
“Además, con el cambio de ánimo que la liberación del mercado provocó en los productores, habrá una mayor fertilización de los campos, buscando calidad. Hoy estamos pagando las consecuencias de tener trigos con baja proteína, ya que debemos malvenderlos a precios más bajos”, indicó el dirigente, quien también aclaró que el incremento del área sembrada seguramente repercutirá negativamente en el cultivo de cebada.
Con él coincidió el gerente comercial de la dirección de Insumos Agropecuarios e Industrias de ACA, Diego Soldati, quien aseguró que en 2016, “el desafío para el productor es lograr calidad para tener un mejor precio al momento de vender su producción”.
“Si el clima acompaña, creo que Argentina debería estar cerca de las 5 millones de hectáreas de trigo implantadas. Si se piensa trabajar con semillas de buena calidad y fertilización apropiada, no deberíamos tener problemas este año para lograr las calidades y volúmenes que históricamente hemos conseguido en nuestro país”, dijo.
Por su parte, el ingeniero Juan Ramón López, del INTA Bordenave, prefirió no hablar de porcentajes de aumento de área de siembra, aunque reconoció que con el cambio de humor en los productores, la mayoría “se va a tirar de cabeza” a sembrar trigo.
“Este año muchos van a tratar de recuperarse, pero también se encontrarán con suelos relavados por las lluvias. Entonces, para obtener buenos rendimientos, los productores seguramente deberán invertir -en fertilizantes y herbicidas-”, manifestó.
En ese sentido, remarcó que en cooperativas y semilleros de la zona ya se está notando un marcado aumento en el pedido de semillas de trigo para la próxima campaña.
“Esta coyuntura también está generando preocupación en las empresas malteras, que ya observan que puede haber una caída en la producción de cebada en nuestra zona”, aclaró.
Fuente: La Nueva.

 
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