Félix Meiller tiene una larga historia ligada a las habilidades manuales, cuyo gusto adquirió en su infancia donde su padre manejaba una empresa agropecuaria dedicada a la siembra y cosecha de granos con mucha maquinaria, las que atendía en su herrería, de modo de achicar los costos de mantenimiento y reparación.
Pero también al mismo tiempo y al garrapatear sus primeras letras demostró talento para escribir, relatando las cosas que sucedían a su alrededor. Con el tiempo abandonó su vida en el campo para volcarse al periodismo en el año 1980, lo que le valió un gran reconocimiento. En esa labor formó parte del equipo del diario El Imparcial, de la corresponsalía de LU34 radio Pigüé, además condujo programas de radio en diversas emisoras, locales. La mayoría de ellos centrados en difundir música de estos días y también tuvo el atrevimiento de hacer programas de música clásica.
A su labor periodística le agregó algunos relatos de ficción, cuestión que sin embargo fue relegando dado la multiplicidad de actividades que siempre sostuvo, que le quitaban el tiempo para hacer volar su imaginación.
De todos modos desde 1980 hasta 2012 trabajó en lo que más le gusta, el periodismo. Año este último en que decidió pasar a una vida más tranquila y de esa forma aprovechar el beneficio de dedicarse a las cosas que más le gustaban, entre las que se contaban las artes plásticas, habilidad que descubrió hace pocos años de la mano de Tutty Marsch en su taller Dino & Art.
Para ello además tomó clases con Cristina Elorriaga y Jean Marc Nadalín. Asistió a diversos talleres y seminarios dictados en Isidoro Espacio de Arte. Sus trabajos ingresaron a diversas muestras, entre ellas el Salón Brandenberg de esta ciudad, y similares en Coronel Pringles Pigüé y Bahía Blanca.
Más recientemente le atrajo una nueva actividad creativa, el calado de madera lo que lo llevó, a partir de noviembre del año pasado, a participar de exposiciones de artesanías. La primera de ellas en el Mercado de las Artes, en la muestra navideña organizada por la agrupación Huellas Artesanales, hace poco también estuvo en Pueblo Santa María en ocasión de la primera Strudel Fest, donde sus trabajos captaron la atención por su originalidad y complejidad.
Por esa razón ante una permanente manufactura en el taller montado en el garaje de su casa, es que habrá de exponer su producción literaria pictórica y artesanal en la sala Bicentenario del Mercado de Las Artes auspiciado por el Instituto Cultural y por espacio de un mes, a partir del 16 de abril, cuanto se producirá la inauguración de la muestra.
Allí podrán apreciarse sus cuadros que se podría decir son figurativos y muy naif en algunos casos. Los motivos elegidos para sus pinturas son de variada temática. Aves, paisajes, recreación de alguna de sus ficciones, pero en general predomina la naturaleza y una diversidad de tonos verdes. Color que sin duda maneja con soltura.
Entre sus trabajos en madera podrán apreciarse elementos decorativos, religiosos, muebles para casa de muñecas, objetos prácticos de uso cotidiano y relojes entre otras cosas. Todo realizado en madera y la mayoría con sus colores naturales, aunque también muchos elementos están decorados con pinturas y barnices.
En lo que se refiere a sus trabajos literarios, estarán a disposición impresos recopilados en carpetas, como paso previo a la futura edición de un libro. Allí podrán leerse relatos de ficción, recuerdos de su infancia, reflexiones, y algunos artículos publicados en el diario Nuevo Día. Algunos de estos trabajo serán leídos en la apertura de la muestra.
Vale señalar que una de sus ficciones forma parte de una antología, a la que accedió premiado en un concurso realizado por La Plata Publicidad. También sus trabajos literarios participaron en varios concursos realizados en España. Además en las dos ocasiones que presentó trabajos para los Juegos Bonaerenses fueron elegidos para la fase final en Mar del Plata.