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“La Hora de la Pasión” Vía Crucis de la Misericordia , obra de teatro religiosa donde desde el arte nos ha permitido una fuerte reflexión espiritual.
Dirección General Andrés Schmidt, activo colaborador de la Parroquia y estudiante de Teología.
Una notable expresión artística donde la música, las personificaciones mas imponentes de la pasión y muerte de nuestro señor Jesucristo con una línea argumental revive este misterio de la Semana Santa.

El sábado se llevó a cabo el Auto Sacramental en preparación a esta Semana Santa que se ha iniciado y para ello se puso en escena una obra de teatro religiosa, escrita y dirigida por Andrés Schmidt, donde el argumento central estaba basado en la misericordia, si tenemos en cuenta que este es el año santo en este sentido propuesto por el Santo Padre.
Como ya había señalado en su momento el autor, la estrategia artística nos ayuda a interpretar y comprender este misterio en un tiempo de Cuaresma donde la misericordia se puede entender de diferentes maneras.
Participaron cerca de 50 personas, escenificando diferentes pasajes del apasionante Vía Crucis, donde se relata la forma en que Dios dio testimonio de su misericordia hablando de la salvación, para llegar al punto mas fuerte, mas emocionante, que es la Cruz.
Durante todo el pasaje de la obra pudieron advertirse una gran cantidad de gestos que se remontan a la vida cotidiana y nos estimula fuertemente a poner en práctica esas obras de misericordia, conformando un puente que va y viene, es decir, que nos ofrece misericordia y nos recibe.
Los músicos en vivo, bajo la dirección del Profesor Ángel Schamberger, y los efectos de sonido e iluminación conformaron un espectáculo teatral que se disfrutó con pasajes muy emotivos, brindando una oportunidad de reflexión, preparándonos para esta Semana Santa que ha comenzado.
Se trató de un gran esfuerzo de producción, muchos meses de ensayo, con el respaldo de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, y el cobro de la entrada fue destinado a solventar todos los gastos de producción que los espectadores pudieron apreciar durante el desarrollo del Vía Crucis Misericordioso.
La compaginación fue impecable con gran dispositivo de sonido, luces, efectos especiales, como cuando Jesús crucificado es ingresado al sepulcro significando un cuadro concluyente de la puesta en escena que fue intercalando diversos cuadros de alto dramatismo, con todos los personajes intervinientes en el proceso que rodeo a Jesús en su crucifixión y la ambientación sobre el escenario contaba con la participación especial de interpretes de canciones que marcaban cada suceso dejando librado al espectador la fuerte reflexión e interpretación donde la misericordia queda demostrada en los textos utilizados para conformar la línea argumental de la obra donde la misericordia no es una palabra abstracta, sino un rostro para reconocer, contemplar y servir al prójimo, al otro.
Así lo manifiesta en los principios básicos de la misericordia con la que convoca al jubileo: “Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios. Nada en él es falto de compasión”. Las interpretaciones del sábado por la noche son altamente elocuentes afirmando respecto de dios que “su persona no es otra cosa sino amor, un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia”.
Con gran realismo, con notable concentración cada personaje fue demostrando la incidencia en cada uno de los pasajes que se pusieron a consideración del publico que colmo totalmente la sala del Teatro Italia, vestuario apropiado, cautivantes las voces que se sumaron al desarrollo del Vía Crucis quienes todos con gran realismo nos entregaron una pieza artística de alto valor espiritual donde el trabajo previo, los meses de ensayo y la fuerte convicción religiosa y poder de síntesis nos permitieron acceder a la Semana Santa conmovidos por todo lo que vendrá, con nuestro corazón predispuesto para recibir el mensaje de Cristo reviviendo todo lo que padeció y reivindico por nosotros que tenemos por lo cual ahora en este tiempo tan revelador, la posibilidad de buscar el camino que nos fijado.
Lo del sábado con el Vía Crucis de la Misericordia, en este año donde el lema elegido por el Santo Padre Francisco nos convoca a todos conmueve la actitud de Jesús: no escuchamos palabras de desprecio, no escuchamos palabras de condena, sino sólo palabras de amor, de misericordia, que invitan a la conversión.
También nos permite tomar las palabras del Papa cuando considera que “¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices”.
Las escenas mas notable donde el espectador que permaneció durante todo el desarrollo del espectáculo en absoluto silencio, con signos de gran emoción, hasta los aplausos finales de pie nos permite rescatar además que “El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza” como dejo señalado la Virgen Maria, la Madre de Dios, en su rol trascendente al afirmar como conclusión final al pie casi del sepulcro que El sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano recuerda la fragilidad de nuestra vida, nuestra dependencia de Dios y de los hermanos.
Salimos reconfortados, admirados por el trabajo artístico y conmovidos por el mensaje, pero destacamos la actitud del publico, en silencio apreciando cada cuadro de la obra, el aplauso consagratorio del final, el merito para quien es el autor de la obra, las canciones interpretadas magníficamente con voces casi mágicas, los músicos en vivo y todos quienes participaron de una manera u otra, mas el sonido, efectos especiales e iluminación impecable como siempre de Maxson.

 
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