Los abrazos se multiplicarían reiteradamente, las palabras casi se agotaban, pero la memoria de toda la comunidad del Barrio San Martín permanece siempre intacta, sobre todo cuando se despide a una figura que dejó un legado, sobre todo en una época donde a veces las expectativas se diluyen en escollos y escasez de valores.
Silvia Bellisomi se fue del Jardín N° 905 con la tranquilidad de haber sembrado una semilla que no solo fertilizó, sino que se multiplicó a través de una impronta que toda la comunidad educativa del establecimiento y del barrio rescató como uno de los grandes acontecimientos de la barriada.
Así, con esa calidez, con la inmensa sinceridad de acompañar a salir por última vez del Jardín por el cual tanto lucho Silvia Bellisomi tuvo su acto de despedida donde sobró emoción, afecto y un profundo reconocimiento por el camino recorrido.
Del acto participaron autoridades educativas, cooperadores actuales y de todas la épocas, docentes, ex compañeras de trabajo, padres, niños y vecinos de la zona sur.
La convocatoria representaba un motivo muy especial, no era un acto mas, no era una efeméride patria, era un gesto del corazón, a fin de despedir a la Directora de los últimos 28 años quien se acaba de acoger a los beneficios jubilatorios.
El comienzo del acto estuvo colmado de emoción cuando la fueron a llamar a la Dirección, donde aguardaba para luego ser recibida con un fuerte aplauso por el público presente.
Analía Salotti leyó el primer informe del cuaderno de actuación profesional mientras la homenajeada, acompañada de toda su familia, escuchaba atentamente.
Emotivas palabras de la señora Lucrecia Loustanau en nombre de sus compañeras y personal del establecimiento y de la misma manera de la Presidente de Cooperadora, Gabriela Reynal, para luego recibir un presente.
El Secretario General de la Asociación Empleados de Comercio, Fabián González, entregó una computadora para la institución y Ariel Andersch expresó unas emocionadas palabras para su madre en nombre de Cristian, Damián, Juliana, Ana Clara y Carlos, toda su familia.
Hubo regalos, presentes florales y finalmente todos los nenes del Jardín cantaron “Un sueño plateado”.
Fue un hermoso acto donde Silvia se llevó todo lo que cosechó durante 28 años como Directora en este Jardín y 36 de servicio, mucho amor y mucho respeto.