Los designios de la madre naturaleza nos llaman permanentemente a la reflexión demostrando que es sabia y que es imposible ir contra ella.
La villa turística Epecuén se constituyó, en décadas pasadas, en una fuente inagotable de turismo termal que concitaba el interés del país.
A mediados de la década del 80, cuando las corrientes hídricas invadieron toda nuestra región, terminaron cubriendo de agua toda la estructura edilicia en la cual sobresalían los establecimientos gastronómicos que daban vida a la villa.
Ahora el agua se retiró con la triste imagen de un saldo desolador, como lo demuestran las imágenes que Tony Duckwen nos acercó para comprobar los efectos naturales que el hombre no puede resistir.
Como contrapartida, en la zona de Medanos, donde inclusive hubo apicultores que instalaban sus colmenas para la explotación apícola, hoy la sequía produce estragos, no solo en la producción de ajos característica de esta región, sino en el resto de las actividades vinculadas al cultivo de la tierra.