Viajan ya con destino a la recicladora que tiene la Fundación Garrahan, donde se funden y se convierten otra vez en tapitas o en otros elementos de plástico para la venta.
Una buena manera de hacerle bien al medio ambiente, reduciendo la cantidad de elementos que se descartan y se tiran, a la vez que permite juntar fondos con destino a este hospital de Capital Federal donde se atienden pacientes de todo el país con diversas problemáticas de salud.
En Coronel Suárez los que mayor conciencia tienen de no tirar y reciclar son los niños y jóvenes, que insisten ante sus padres y se ocupan de juntar las tapitas de gaseosas que depositan en cajas y otros contenedores que hay en cada establecimiento educativo.
Ya el año pasado, hacia el mes de diciembre, se hizo un primer envío con destino a la Fundación, “pero el de ahora, duplica en cantidad de tapitas al anterior”, según dijo Roberto Quiroga, padre de una niña que se atiende en el Garrahan y que ha contribuido, junto a otras personas, para que Coronel Suárez forme parte de esta campaña.
Para hacer posible que la ciudad se una a esta campaña se cuenta también con la colaboración de empresas de transporte de Coronel Suárez, que colaboran para la carga de los bultos y con el traslado de los mismos hacia Buenos Aires.