Fue una enfermera impecable en todo sentido, perfeccionista, adaptada a los procesos dinámicos de los cambios en el sistema de salud.
Una profesional que como auxiliar de los médicos sobresalió en todo sentido.
Hace 38 años ingresó a la Clínica junto a otro pilar fundamental que tiene el establecimiento, Marta Freitas.
Las dos hace un par de años, si bien se acogieron a los beneficios jubilatorios, permanecieron trabajando con la misma pasión y lealtad de toda una vida al servicio de la institución que hoy lamenta su irreparable pérdida.
Mercedes y Marta son los símbolos de la Clínica, sus manos ayudaron a cuantas generaciones de suarenses, a venir al mundo, de la misma manera y conviviendo con el dolor, a cuantos confortaron en los instantes definitivos, han sido testigos, de momentos difíciles y felices de cuantos suarenses.
Hoy Mercedes, será despedida de la Clínica, donde trabajó toda su vida, sus amigos, al expresar el triste dolor por esta difícil circunstancia, a modo de consuelo, señalaban, que Dios la llamó en el mismo lugar donde en los últimos años había encontrado una contención espiritual admirable y anoche su vida se apagó en el mismo lugar que con su impecable prestancia blanca, supo lucir con una presencia, que será difícil olvidar.
A Marta, su compañera de trabajo, nuestro afecto de siempre.
A sus hermanos, demás familiares y amigos, el sentido acompañamiento.