Y toda su poesía lo muestra. El calificativo corresponde a Blanca Duarte, quien manifestó que “dos palabras aparecían en sus discursos, sus escritos, sus reflexiones: horizonte y esperanza.
Y hay un poema conocido donde está todo el sentimiento y la identidad de la escritora suarense con la inmensidad de la pampa argentina”.
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Encargando un cuadro
Buenas tardes, Señor, quiero ya un cuadro.
Perdone este atropello hacia su arte
Pero… acepte pintar lo que le pido.
Trace una línea recta: el horizonte;
que se vean las sierras allá a lo lejos
y aquí cerca que pase un arroyito
con recodos y álamos y sauces;
una vieja tranquera, alambrados,
un rancho con un tanque y un molino;
el nido de un hornero, un palenque,
un poco de aridez con pajas bravas
y dejo a su criterio los yuyitos.
Si es usted buen pintor, olerá a lluvia,
El cielo se verá sobre los charcos
Y a lo lejos se oirán unos mugidos;
los teros gritarán, escandalosos,
presintiendo a la intrusa que se acerca
y después… el silencio, que es mi vicio.
Lo quiero muy real para perderme
dentro de él cada vez que necesite
recuperar la paz y el equilibrio,
así conservo mi alma de llanura,
de llanura pampeana, en la que vivo. |