El contenido de esta página requiere una versión más reciente de Adobe Flash Player.

Obtener Adobe Flash Player

El contenido de esta página requiere una versión más reciente de Adobe Flash Player.

Obtener Adobe Flash Player

El contenido de esta página requiere una versión más reciente de Adobe Flash Player.

Obtener Adobe Flash Player

Los recuerdos de vecinos reconocidos en el Día de Coronel Suárez.

Ignacio Weiman: 82 años de edad, 58 de casado, 52 años de mozo, mas otros años de trabajo, junto a su señora y sus hijos.

Muchas veces, su esposa Tina, tuvo que llevarles a sus hijos a la confitería Las Delicias, para que pudieran ver al padre, que estaba trabajando desde muy temprano, y así iba a seguir hasta muy tarde.
Eran jornadas que se iniciaban con el café de la mañana, seguía con las mesas que se juntaban para el vermouth del mediodía o el café después del almuerzo y el juego de dados, y se continuaba con los concurrentes de las horas de la tarde después del trabajo.
Y si era 6 de agosto, los mozos de la tradicional confitería de calle Mitre, sabían la hora a la que entraban, pero nunca a la que terminaban. Porque en esas jornadas de fiesta, después del desfile, no alcanzaban las mesas, ni las masas que había preparado el confitero, Pedro Weiman, ni la leche (por más que se le agregara un poco de agua), por lo cual Alarcia iba en su auto hasta Villa Belgrano, en busca del lechero Martínez.
Es que toda la ciudad había salido a disfrutar del día festivo y después prolongaba el paseo en las mesas de la tradicional confitería de la ciudad.
Cinco hermanos Weiman: Juan, José, Pedro, Ignacio y Miguelito, todos aprendieron temprano el oficio de mozos y eran buscados por su responsabilidad y compromiso.
Capaces todos de trabajar durante muchas horas. Lástima que la paga era muy poca, según recuerda hoy Ignacio Weiman.
Justamente, por la poca paga –que compensaban un poco las propinas- entró y salió cinco veces de Las Delicias, mientras tanto, fue mozo en el buffet de Blanco y Negro, en el Club Boca –cuando se fue a atender este lugar, se llevó consigo todos los clientes de Las Delicias, y en el término de un año, habían logrado hacer 700 socios para el club- y también trabajó durante 12 años como encargado del edificio alto de calle Lamadrid.
“En el trabajo de mozo, los días festivos, feriados y los fines de semana, transcurrían 20 horas de estar atendiendo a la gente, como si nada, por eso había veces que mi mujer me acercaba los chicos a la vereda, para que pudiera verlos un rato, sobre todo las fechas especiales como Navidad y Año Nuevo”.
Mozo respetado, querido y trabajador, que fue a su vez, junto a sus hermanos, maestro de las generaciones de mozos que fueron llegando después. Un ejemplo de trabajo, responsabilidad y dedicación.
En la página de nuestro Diario Digital aparece una histórica fotografía de los cinco hermanos Weiman en una formación futbolística.
Los Weiman también sobresalieron en la actividad deportiva.

- - La Nueva Radio Suárez - - 101.3 Mhz. - - LRM 818 - 02926-430005 - -