En el marco de la primera audiencia de conciliación que mantuvieron en el ministerio de Trabajo, los referentes locales del gremio Fesimubo pidieron formalmente al Ejecutivo de Coronel Pringles un aumento salarial del 40%.
La solicitud fue presentada por el secretario general Ezequiel Pereyra, a quien acompañaron el dirigente sindical Néstor Batista (referente seccional de Fesimubo) y el asesor letrado Cristian Elormendi.
Este último había expresado, anteayer, que “los salarios municipales están por el piso” en Pringles.
“Con una inflación que ronda el 30%, el último aumento lo recibimos hace seis meses y fue una bonificación que ni siquiera va al básico. Hoy en día hay compañeros que están ganando 3.900 pesos por mes”, refirió.
El pedido de aumento fue recibido por Darío Christensen, el jefe de Gabinete municipal, y la directora de Personal, Claudia Haderne, entre otros. Si bien no brindaron respuesta alguna al gremio, los funcionarios acordaron con Pereyra continuar la negociación el próximo jueves 11.
Sobre lo que sí hubo acuerdo, en la víspera, fue acerca de la estabilidad laboral de 44 afiliados al gremio. Puntualmente, Fesimubo logró el compromiso de que, hasta que se aclare la situación de los trabajadores (a los cuales la gestión anterior pasó a planta permanente antes de dejar el municipio), continuarán percibiendo su salario con normalidad.
En cuanto a las demoras en la entrega de vestimenta, ropa de trabajo y elementos de seguridad -hecho que generó un conflicto el último fin de semana-, desde el municipio se presentaron las órdenes de compra que se emitieron.
Según se explicó, los proveedores habituales no disponen del stock necesario para satisfacer la demanda de la comuna, por lo cual irán haciendo entregas parciales de la indumentaria.
El conflicto entre el municipio y Fesimubo estalló el último domingo por la noche, cuando los trabajadores del área de Recolección de Residuos decidieron no efectuar sus tareas. Según alegaron, la medida se debió a la falta de ropa adecuada.
El hecho provocó el enojo del intendente Carlos Berterret, quien acusó al gremio de realizar un paro sin respetar el encuadre legal que correspondía.
Al día siguiente los trabajadores estuvieron a punto de no salir a la calle, aunque finalmente lo hicieron. Sin embargo, Ferreyra no ahorró críticas al jefe comunal y a su actitud, a la cual calificó de “payasesca”.
“No hicimos un paro; simplemente no salimos a trabajar porque faltaba la ropa", disparó.
Fuente: La Nueva.