Como en cada 2 de febrero, la Parroquia Nuestra Señora del Carmen celebró la fiesta de la Presentación del Señor, o misa de la virgen de la Candelaria en la que se bendicen y encienden las velas que portan la "luz de Cristo".
La ceremonia que año tras años se repite comenzó en el atrio parroquial donde el Cura Párroco Diego Kessler, tras la invocación religiosa, bendijo los candiles y luego encendió el primero de ellos, repitiéndose el ritual vela tras vela hasta iluminar todo el atrio y encaminarse en procesión por el pasillo principal de la Parroquia cantando el himno tradicional que reza "Esta es la luz de Cristo; yo la haré brillar".
Con el inicio del oficio religioso, y con las velas ya apagadas, el Diácono Permanente Diego Arean fue el responsable de anunciar la Palabra de Dios y en su homilía señaló que "esta es una fiesta muy importante: es la presentación del Señor en el tempo. Esta fiesta, comúnmente conocida por la fiesta de la Virgen de la Candelaria, está íntimamente unida a la fiesta de la Navidad y a la Epifanía (la fiesta de los Reyes Magos), con la diferencia de que en Navidad Jesús nace y es presentado a los pobres, luego en la Epifanía es presentado a los pueblos paganos que no conocían a Dios como los Reyes de Oriente y en esta fiesta el Señor es presentado en el Templo a los judíos, al Pueblo de la Alianza".
"Parecería que el movimiento de esta fiesta es distinto a los dos anteriores porque en esta fiesta es el Señor quien se acerca para darse a conocer en el Templo de Jerusalén".
"El evangelio de hoy narra la historia de dos ancianos, Simeón y Ana, que hacía años que esperaban este momento tan importante. Ellos tuvieron la intuición y en medio del tumulto que había en ese Templo descubrieron a Jesús".
"Simeón y Ana, dos personas ejercitadas en el silencio, la oración, el ayuno y la ayuda, descubrieron que el niño que entraba al Templo no era uno más; era el mesías, el salvador".
"Como enseñanza hoy debemos parecernos más a Simeón y a Ana. Parecernos a ellos que vivían en el servicio y la oración".
"¿Cuántas veces el Señor se hace presente en nuestras vidas y no nos damos cuenta? Aprendamos de Simeón y Ana a descubrirlo entre el tumulto y el ruido".
"Que las candelas que hoy se llevan bendecidas y den la luz de Cristo no sean encendidas en vano. No encendamos las velas para encontrar soluciones mágicas; la vela debe ser solo el signo que recuerde que nosotros debemos hacer presente a Jesús. No hay posibilidad de hacer presente a Jesús sin el servicio y la oración".
"¿De qué sirve encender una vela si no presento a Jesús? Presentémoslo ante nuestros hermanos, amigos y vecinos como lo hizo María" finalizó el Diácono Diego Arean.
En la noche de hoy miércoles 3, tendrá lugar otra ceremonia de alto contenido emotivo, la Fiesta de San Blas, en la que se recuerda a este gran Apóstol que debió sufrir el martirio en épocas muy difíciles para los cristianos y en su invocación se procede a la bendición de las gargantas, de la que es patrono.