Doce años no es nada, pero parece que fueron suficientes para hacer olvidar una tradición, considerando la inusitada sorpresa que causó la gala con la cual Mauricio Macri coronó las actividades del día de su jura como Presidente de la Nación. Hasta hubo quien creyó que era una ocurrencia del flamante mandatario y no faltaron las críticas ideologizadas.
Sucede que el kirchnerismo convirtió casi en "principio" el no asistir al Teatro Colón –del mismo modo que desertó los Te Deum en la Catedral- en una actitud no sólo contraria a la tradición nacional sino a la de su propio movimiento.
Néstor Kirchner estrenó su mandato en 2003 dejando plantadas en ese emblemático teatro porteño a las delegaciones extranjeras que vinieron a su asunción: la gala del Colón es también un agasajo del nuevo Presidente a esos visitantes, vale recordar.
Su sucesora, Cristina Kirchner, se negó a asistir a la que organizó Mauricio Macri, entonces jefe de Gobierno porteño, cuando inauguró el remodelado teatro el 25 de Mayo de 2010 celebrando de paso el Bicentenario.
Evita no tenía esos prejuicios. El Colón fue uno de los escenarios -sin duda el más glamoroso- donde ella lució una y otra su belleza natural y su innata elegancia; por algo el célebre diseñador francés Christian Dior dijo que ella era "la única reina" a la que él había vestido.
Pero además, la segunda esposa de Perón abrió las puertas del suntuoso teatro a los humildes organizando con frecuencia funciones para los sindicatos. El General, por su parte, daba conferencias allí y mantenía encuentros con obreros.
Una actitud en las antípodas de cierto populismo que parece creer que existe un arte para ricos y otro para pobres.
Presentación en sociedad
Dos días después de que el general Edelmiro Farrell nombrase vicepresidente a Perón –que conservaba sus cargos en la Secretaria de Trabajo y en el Ministerio de Guerra- el Coronel llevó por primera vez a Evita a una gala en el Colón, oficializando así su noviazgo con la joven actriz. Se habían conocido a comienzos de ese año y se casarían al siguiente.
Desde entonces prácticamente no hubo evento que incluyera una función en el teatro Colón al que la pareja no asistiese. El 9 de julio de 1950, Perón no pudo asistir, pero Evita se hizo presente en representación de los dos.
En la gran gala de 1946, Eva había impactado con el vestido de Dior que hizo traer especialmente de París.
En su tercera presidencia, en 1973, Perón y su tercera esposa, Isabel Martínez, fueron tapa de la revista Gente al asistir a la tradicional gala con motivo de la asunción del General a la presidencia.
Fuente: Infobae.