“Lo que quiero recordar son los momentos muy lindos que pasamos acá, en este colegio”, dijo el ex alumno al hacer uso de la palabra.
Agregó que “interactuaban todos: los alumnos, los papás, los empleados del establecimiento cuando venían las fiestas, vistiéndose de gauchos, bailando el pericón. Ella era la maestra de baile –refiriéndose a Irma Fhur-”.
“Creó que hay que darle mucha importancia a los colegios rurales. Es para la gente que vive acá, para que los chicos puedan estar en un colegio cerca de sus papás, no estar viajando muy lejos. Tengo historias de gente que de repente recorre muchos kilómetros para ir a un colegio y el hecho de haberlo tenido acá fue realmente muy lindo, porque parecía que en ese momento estábamos viviendo en un pueblito”.
Pedro comentaba que “prácticamente teníamos todo. Mi papá tenía la actividad de chofer, junto con otra persona, junto con Bonilla. Él era el que buscaba a las maestras los lunes y las llevaban los viernes a Suárez, gracias al apoyo de los dueños del establecimiento. Los recuerdos son infinitos y muy lindos. Me acuerdo de alguna maestra, como Zulma Alonso, también de Susana. Tengo una anécdota, a ella le gustaba pescar mucho, así que un día salimos a pescar. Yo iba adelante, porque acá adentro me conocía todo, me hacía el vivo. Pero me caí y me clavé el anzuelo en la mano y la viveza fui que termine en el hospital para que me sacaran el anzuelo que se me había clavado en la mano. Los maestros no solamente eran en el horario de colegio, sino también después la visita a las casas, los deberes, salíamos a hacer caminatas. Tengo una imagen y unos recuerdos muy lindos de este lugar, por eso quería hoy estar acá”.