Un día después de dejar el poder, Cristina Kirchner, acompañada por su hijo Máximo, decidió viajar a Santa Cruz en un vuelo regular de Aerolíneas Argentinas. Minutos después de las 15, la ex jefa de Estado y el diputado nacional subieron al Boeing 737-700 y saludaron al resto de los pasajeros
Cristina Kirchner abordó por pista y en la escalerilla del avión la esperaban decenas de empleados de la aerolínea estatal. Apenas puso un pie en el aeronave, Cristina Kirchner recibió algunos aplausos y encaró hacia la fila 3.
"Tenía que llegar a horario, porque si no perdía el vuelo", fue su primera frase, y pidió por su hijo, que había quedado rezagado. "¿Dónde está Máximo?", preguntó, y acto seguido apareció el legislador santacruceño.
Cristina Kirchner tenía lugares en Ejecutiva, pero resolvió cambiar su ubicación, por lo que algunos pasajeros fueron reubicados. Uno de ellos fue la cronista de este medio. Infobae tenía asignado el asiento 4B, justo en diagonal al de la ex presidente, pero antes de abordar Aerolíneas lo cambió por un asiento en la fila 17.
Ya en el avión, la ex mandataria fue encarada por los periodistas, que querían una declaración. "Ya hablé mucho, chicos", les dijo amablemente, aunque aceptó responder sobre la asunción de Mauricio Macri. "No la vi", reconoció. En tanto, y consultada sobre qué había hecho en su primera noche lejos del poder, dijo que la pasó "durmiendo".
Al mismo tiempo que hablaba con la prensa, Cristina Kirchner le gritaba a su perro caniche, que intentaba escabullirse entre los asientos. "Lolita, Lolita", llamaba a su mascota. Mientras buscaba a su perro, uno de los pasajeros se acercó para agradecerle "por la dignidad que nos dio" y le entregó una carta de su esposa, "profesora de yoga".
En el vuelo AR1862, que salió con 25 minutos de demora, también viajaron Carlos Zannini, solo, en un asiento de primera; Virginia García, cuñada de Máximo y senadora nacional, y personal de seguridad de la ex jefa de Estado.
Fuente: Infobae.