El Profesor Albert Solé Soler comentó que “comenzamos con la redacción de un pequeño artículo de ética docente aplicada a la didáctica de los docentes, para mejorar la construcción de un sujeto autónomo. Hay diferentes fases de ese proyecto. La primera es la fundamentación filosófica, que es mi área, otra parte, la segunda, es la de psicología, donde los alumnos están trabajando las neurociencias, tratando de fundamentar la parte filosófica con estas ciencias, y luego será la parte pedagógico didáctica, donde ya estamos proyectando hacer una prueba piloto en alguna escuela. Todo eso implica todo un recorrido”.
Informó que presentaron esta ponencia en el I Congreso de Filosofía para Niños, organizado por la UBA, “donde mostramos nuestra investigación. Las críticas fueron bastante positivas porque es crítica pero propone mejorar el marco democrático. Que toda la escuela sea más democrática, que se formen personas más autónomas. Hicimos en Buenos Aires toda la presentación, donde había más de 90 mesas, que se desarrollaron en tres días. Había personas de todos lados, Chile, Paraguay, Colombia, Cuba, Brasil y otros países. También estuvo presente un ponente francés, por lo que había mucha diversidad”.
Destacó que “el debate fue muy fluido, fue bien aceptado lo que estábamos haciendo. Conversamos con una editorial, Noveduc, que le gustó nuestra ponencia, nuestro enfoque. Estamos en una etapa incipiente, pero todo el trabajo hasta aquí ha sido fructífero”.
Ahondando en la explicación de la ponencia presentada, indicó el Profesor Soler que “lo que planteamos, apoyándonos en autores como Hannah Arendt, es el hecho que se tiene que aprovechar mejor el espacio público. El primer espacio público para un chico es la escuela. Por eso proponemos que la escuela se tiene que democratizar en tanto que las personas tienen que poder empezar a hablar. Hannah Arendt habla que la acción es preformativa. La persona habla, dialoga y lo que dice se tiene que implementar, se tiene que producir, tiene que verse algo. El chico desde muy chico, primario incluso, puede decidir ciertas cosas de la educación que él esta recibiendo. Ahí es cuando la persona crece y tiene esa luz propia. Evidentemente que en una democracia tenemos límites: el respeto al otro, la intersubjetividad, el hablar con el compañero, pero más allá de esta relación con el otro también se tiene que dar el poder decidir como el sujeto se construye, y ahí empieza la educación. ¿Por qué al niño tememos preguntarle cosas? Hay que preguntarle, ¿qué quieres hacer? Y a partir de ahí negociar. Aparece la palabra pedagogía, pedagogos, palabra griega que significa acompaña al niño. Se trata de ser más afable, no imponer. La ética docente aplicada a la didáctica. Este es un planteamiento que estamos haciendo. Proponemos que el aprendizaje no tiene que ser invasivo, hay que proponer. Hay que motivar al chico, pero no desde lo externo, significa proponer y que el chico pueda elegir, haciéndose responsable de su aprendizaje”.