La semana que está transcurriendo ha sido de mucha emoción para la Escuela Agropecuaria y para quienes la hacen a diario, que son integrantes de su comunidad educativa.
Ha sido una semana para mirar lo logrado en 40 años de historia, resultando en una evaluación altamente positiva de lo logrado a través de toda esta trayectoria, con muchos ex alumnos, que en estos últimos tiempos se han sumado como profesores, como docentes de áreas o para efectuar diferentes colaboraciones, como preparar la cena y baile que tendrá realización este sábado en la Sociedad Rural.
También el presente es un año con muchos desafíos, ya que está en marcha el 7mo año para la institución, que implica la realización de prácticas profesionalizantes, ni más ni menos que probar el saber de los alumnos adquirido a lo largo de los 6 años ya transcurridos de cursada en el campo laboral.
El transcurso de esta semana incluyó también la concreción de un homenaje muy importante a un querido Profesor fallecido hace poco tiempo atrás: Gustavo el “Gringo” Cerri, quien estaba a cargo del área de ganadería del establecimiento educativo y que a lo largo de todo el tiempo en que ejerció su tarea docente dejó una huella muy profunda en sus alumnos, y fue parte esencial de quienes construyeron el presente que hoy la escuela disfruta.
Para tener una certificación de lo que se lo quiso y se lo extraña bastaba ver, en el medio del acto homenaje que el jueves se le tributó, los rostros emocionados de quienes fueron sus colegas docentes y también de todos quienes fueron sus alumnos.
Uno de los alumnos leyó una carta que prepararon entre todos.
“Querido Gringo: acá estamos tus muchachitos del año pasado, tu último curso. Te queremos decir gracias por todo lo que nos enseñaste, por no dejar de creer y de intentar que nosotros podemos, haciéndonos recordar lo inolvidable, esas palabras tuyas: ‘Miedo no, cuidado si’. Cuántas fueron las cosas que aprendimos con vos, nuestro Gringo, esas tardes llenas de mates y otras llenas de torta. Cuántas fueron las tardes que pasamos juntos, algunas con sol y otras con frío. Qué difícil se hace decirte estas palabras porque ya no estás acá con nosotros físicamente. Pero siempre va a quedar un momento vivido con vos en nuestros corazones. Es por esa razón que quisimos dejar tu nombre plasmado en el recuerdo de nuestra escuela, llamando al dulce de leche que comenzamos a elaborar este año con tu apodo, ‘El Gringo’. Nosotros, los chicos de 5to, para vos tus muchachitos de 4to”.
Seguidamente se les entregó a los familiares del Dr. Gustavo Cerri, su esposa Patricia Heiland y Carolina, su hija, presentes en el acto, acompañadas por la Directora del establecimiento, potes de dulce de leche elaborado por los alumnos, que a partir de ahora llevará este nombre en recordación a quien fuera su Profesor.
Luego hizo uso de la palabra la Directora de la escuela, Silvia Kolonskiy, quien dijo, entre otras cosas: “para los más grandes, para los que estuvimos compartiendo toda una vida con el Gringo, los docentes, en todo momento lo estamos recordando. Hace un momento hablaba con Patricia y con Carolina, esta semana es muy movilizadora para la escuela, porque estamos festejando los 40 años. El martes pasado, cuando con los chicos de 5to y 6to estábamos en Coutchinave, faenando los animales para la cena, parecía que de repente el Gringo nos estaba mirando desde el cielo y nos estaba dando una mano en la carneada. El Gringo marcó una huella muy importante en la escuela, una huella que nunca vamos a poder olvidar. Él siempre estará en nuestros corazones, siempre estará en la escuela. Quiero que su familia sepa que las puertas siempre estarán abiertas, que son muy bienvenidos en nuestro establecimiento”.
La Profesora Kolonskiy concluyó su mensaje expresando: “los invitamos a que sigan siendo parte de la escuela. A los alumnos más chicos, a los que no lo conocieron, el Gringo fue un tipo de fierro, un tipo noble, un tipo sensible, un tipo que supo ser admirado por sus alumnos. Para un docente lo mejor que nos puede pasar es que nuestros propios alumnos nos brinden el homenaje, por eso esto es muy importante, porque este homenaje, de bautizar el dulce de leche con su nombre, fue idea de los alumnos. Ese es el mejor orgullo que como docentes podemos tener. El Gringo se lo merece. Ya no está físicamente, pero está en el corazón de todos nosotros. Seguirá estando por el resto de nuestra vida y por el resto de la vida institucional”.