El alma de la maestra...
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El alma de la maestra
no entiende de condiciones.
Las agujas de su reloj
marcan las razones,
que con vocación y magia
alegrías e ilusiones
van moldeando corazones.
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Caritas angelicales
que no entienden de motivos
con asombro preguntan:
por qué se va señorita...?
Si contigo aprendimos cuentas y divisiones...
...a defender plantas y flores,
a sentir la Patria, entre historias
y actuaciones.
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Con las primeras clases
apasionada juventud entregaste,
entre nervios y apuros,
el amor por enseñar inculcaste,
¿Fue pecado o virtud,
de la docencia enamorarte..?
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No te vayas señorita...
te pedimos el último esfuerzo
al que no podrás negarte...
...te pedimos tu alma maestra…
entre estas paredes,
aquí has de quedarte!!!
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Ella nos cobijará ante los peligros
Como lo hizo siempre,
como lo hace una madre...
No te dejaremos ir maestra
pues tu nos elegiste aquél día,
cuando a la escuelita llegaste
para brindar tu vida
y aquí has de quedarte!!!
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Los bancos y pizarrones,
los grandes ventanales
las aulas y pasillos,
el mástil, la bandera,
los blancos delantales…
esperarán en el portal
cada mañana tu llegada...
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... y allí pequeñas almas hallarán
en tu sonrisa
el fuego sagrado que con amor abrazaste...
por todo esto y mucho más...
...maestra, aquí has de quedarte!!!
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* Jorge Dukuen.