“Desde el año 1972 nuestro torrontés surge de la producción familiar, alguna bonarda, y desde los años 90 decidimos comprar una bodega cerca de Tupungato, por eso el nombre de Tupun, que quiere decir mirador de estrellas en el idioma indígena”.
Manuel Pelegrina comenta detalles del emprendimiento, todo lo que representan los viñedos, la elaboración del vino, la formación de la etiqueta y todo el proceso que va conformando las mejores técnicas, las experiencias constantes y la búsqueda como en la vida, siempre algo más, siempre algo nuevo.
Manuel trajo consigo el empuje que sus antepasados le dieron desde España a Mendoza y ha heredado no solamente el prestigio familiar, sino el concepto tan arraigado del laburo, trabajar la tierra, canalizar las bondades del clima mendocino en la tierra del buen vino y el buen sol.
Agradeció las atenciones recibidas, elogiando también los desafíos constantes de Joaquín Alberdi y su gente y se mostró admirado por el resultado de esta Feria.