Vino acompañado a la ciudad por su sobrino Manuel, uno de los mas chicos de la familia Michelini, y con gran entusiasmo y cordialidad recorrió los stands, elogió el trabajo de Joaquín Alberdi y el éxito de una las principales Ferias de la Provincia de Buenos Aires que tiene su sede en Coronel Suárez, y a través de su sencilla personalidad confirmó el prestigio de un fervoroso emprendedor.
Michelini goza de un buen olfato para las uvas y gusta de lo poético. Tras entrenarse en la Escuela Vitivinícola Don Bosco de Mendoza, trabajó como consultor para varios viñedos mendocinos, incluyendo Finca Sophenia, Luigi Bosca y Doña Paula, antes de lanzar junto con sus dos hermanos Zorzal Wines, en el Valle de Uco. También se le conoce por embarcarse en proyectos heterodoxos, como cuando en 2012 cultivó uvas Chardonnay en Paso del Sapo, las transportó 3200 kilómetros en neveras de hielo seco hasta Mendoza, las fermentó con cáscara y luego produjo solo 300 botellas. Recientemente, Michelini desarrolló un nuevo proyecto empresarial llamado Passionate Wine, a través del cual produce vinos inusuales e innovadores en cantidades limitadas, testimonio de su sed por experimentar y su disposición para explorar caminos nuevos.
Para Michelini el vino es mucho más que una simple bebida: “proyectos tengo muchos; es la manera de mantenerme activo y con energía. El vino para mí no es un trabajo sino una forma de vida. La nueva búsqueda es la expresión del terruño, eso que hace que el vino sea único e irrepetible. Esto lleva años de interpretación, con aciertos y fracasos”.
Entre las nuevas pasiones de Michelini están los vinos biodinámicos, vinificados en cubas de cemento en forma de huevo, las primeras en su clase en Mendoza y las cuales producen cantidades limitadas de vino enfocado en el terruño.
“La biodinámica es un camino que descubrí hace ya unos ocho años y el cual quiero transitar como filosofía para hacer vino. Es un permanente descubrir, con infinitas cosas por conquistar. Este camino y conquista me acercan a la tierra, al viñedo y al vino, que son los pilares para mejorar la calidad”.
Y aunque en Mendoza radica la fuente de sus vinos, Michelini se inspira viajando constantemente.
“Los viajes han generado siempre grandes inquietudes que luego se transformaron en nuevos vinos y proyectos. Viajar es la mejor forma de aprender, de estar atento, de no encerrarse”, dice Matías. “Pays de la Loire (Francia) y la Ribeira Sacra (España) son lugares que me inspiran sobre cuál es el camino a seguir”.
Sin embargo su base se encuentra en el Valle de Uco, un jardín de altura para experimentar, probar y evolucionar, y con esa simpleza que lo caracteriza Matías Michelini paseó su prestigio por la Feria, compartió la cena de despedida y no ahorró elogios para la organización del evento en la ciudad de Coronel Suárez.