Tiene apenas 17 años. Muchas de sus obras están en forma de murales en la ciudad de Coronel Suárez. Para dar un ejemplo, uno de ellos está en la plazoleta ubicada en la avenida Casey, intersección con la calle Villegas, en terrenos del ferrocarril, donde los troncos de los árboles pintados en el tapial parecen sostener a las copas de los árboles de verdad, que están detrás de ese tapial y que se mueven con el viento o la brisa de cada jornada en la ciudad.
Ahora, en el hall de ingreso en Isidoro, el lugar que la galería de arte ha destinado para las nuevas generaciones de artistas, están decenas de dibujos que a lo largo de mucho tiempo ha realizado Vladimir. Son retazos de papel, donde los dibujos muestran las emociones, las inquietudes y las sensaciones que transitan al joven artista.
“Mis obras toman el valor de conversar con usted. De preguntarle una cosa, de responderle otra cosa. Usted toma el valor de conversar con la obra. De preguntarle una cosa, de responderle otra cosa. Es un mutuo intercambio de múltiples emociones, cual único objetivo es llegar a su corazón”. Esto es lo que está escrito, en la pared, al lado de las obras de este artista.
Al momento de hablar, en la inauguración de la muestra el sábado pasado, en Isidoro Espacio de Arte, Vladimir Merkel, brevemente, agradeció la oportunidad de exponer lo que hace, e invitó a la gente a que se detenga un momento a observar sus producciones. Joven artista de Coronel Suárez, que ha hecho mucho, y que promete mucho más todavía.