Como era de esperar tras la queja presentada por el Honorable Tribunal al Servicio Penitenciario por los traslados del único imputado en condición de detenido por la muerte de Marcelo Scheffer, Luciano Carenza, pasadas las 9:30 hs. un móvil de la Unidad Penitenciaria Nº 4 de Villa Floresta (Bahía Blanca) arribó a la sede central del Poder Judicial de Bahía Blanca con Carenza.
Se presume que ante los problemas para el traslado el detenido quedó alojado en la Unidad Nº 4 hasta la finalización de los alegatos, momento en que volverá a la Penitenciaría de Saavedra.
El miércoles, en el tercer y último día de debate oral y público, el Fiscal Christian Long requirió la presencia del Dr. Francisco Cortalezzi, Médico de la Policía de Coronel Suárez que le practicó el examen de autopsia al cadáver de Marcelo Scheffer el trágico día del hecho.
En su relato, el Dr. Cortalezzi contó que "en la inspección superficial se encontraron diversas lesiones en la región periorbital izquierda (ojo izquierdo), al igual que en la zona nasal. El cuerpo también presentaba escoriaciones en el hombro derecho y en la escápula axilar derecha".
"Además el masculino presentaba una lesión punzocortante en la región epigástrica y otra lesión de 12 centímetros escoriativa cortante con endidura en el flanco derecho, debajo de la región hepática".
Sin tener una certeza producto de que no es quien auxilia a Scheffer en su agonía, el Dr. Francisco Cortalezzi estimó que en términos de tiempo, analizando la herida mortal, la víctima pudo haber agonizado entre 2 y 4 minutos desde que se produjo la herida mortal.
Consultado el Médico Forense por cuál de estas heridas descriptas había originado la muerte de Marcelo Scheffer, Cortalezzi confirmó que "la herida que originó la muerte fue la que se produjo en la región epigástrica, es decir, en la boca del estómago. Esta lesión penetró desde el abdomen en forma ascendente, perforando el diafragma y el ventrículo derecho del corazón. Anatómicamente hablando el ventrículo está muy cerca de la separación diafragmal".
El Fiscal Long le hizo saber a Cortalezzi que el autor material del hecho describió al arma blanca como un cuchillo Tramontina y posteriormente le consultó si las heridas se condicen con esta descripción; el perito respondió: "podría corresponder con esa descripción; básicamente me baso en la lesión cardiaca para medir el ancho de la hoja, porque es el único órgano de los lesionados que no se deforma tanto", y agregó que "la hoja que penetró fue fina, podría tratarse de un cuchillo tipo Tramontina de mesa u alguno de similares características".
La última pregunta desde la Fiscalía tuvo que ver con la diferencia entre las heridas cortantes y las punzocortantes, al respecto el especialista informó que "en mi experiencia las heridas solamente para lastimar serían cortantes. Las heridas mortales son punzocortante porque la hoja punza e ingresa al organismo, lastimando órganos".
Llegado su turno para formular interrogantes al testigo, el abogado de los particulares damnificados, el Dr. Miguel Ángel Asad, le consultó la distancia que separa a la piel del corazón. El profesional respondió que "la distancia de la herida mortal desde la superficie de piel hasta el ventrículo derecho del corazón es de entre 3 y 4 centímetros".
Luego se le consultó sobre la herida sobre el párpado, señalando que "se condice con un golpe de puño".
Luego de leer un párrafo del examen toxicológico practicado a la víctima, en el que consta que presentaba 1,30 gramos de alcohol en sangre y 1,89 de alcohol en orina, se le preguntó en qué estado de conciencia estaría Scheffer al momento de la pelea.
El Médico de Policía respondió que "estaríamos en un tercer grado de intoxicación. Una persona con estos dosajes no estaría coordinando plenamente su capacidad de respuesta, con sentidos alterados o disminuidos", y agregó: "el metabolismo total del alcohol en sangre es de aproximadamente 12 horas, siempre dependiendo de la cantidad consumida, con un gramo de alcohol en sangre, por ejemplo, entre 6 y 12 horas sigue habiendo restos en sangre" finalizó diciendo el perito de la Policía de Coronel Suárez.
Finalmente el segundo y último de los testigos en declarar ante el Tribunal Criminal Nº 2 de la Dra. Errea de Watkins fue Marcos Melchior, quien se dijo es cazador de liebres y chanchos jabalí.
En su alocución Melchior aseguró que es "imposible matar chanchos con una carabina 22", contradiciendo a la declaración del día lunes del imputado Carenza, quién aseguró que la carabina 22 larga secuestrada en la causa, y por la cual es también juzgado por tenencia de arma de fuego sin autorización legal, la usaba para ese fin. El testigo añadió a su relato: "Ni siquiera vaciando un cargador completo de la 22 se puede matar a un jabalí, la bala no entra, mucho menos si le dispara a la cabeza".
Interpelado por la defensa de los imputados, Melchior aclaró que "con un fusil sí se puede cazar jabalí" e insistió: "con un 22 no, sin embargo la gente dice que se puede, yo nunca pude a pesar de haberlo intentado".
Melchior agregó que en la red social Facebook vio fotos de Carenza y Alvarengue cazando chanchos jabalí a cuchillo, volviendo a contradecir la declaración de Luciano Carenza, quien a juzgar por el Dr. Asad mintió en su declaración de culpabilidad, asumiendo toda la responsabilidad del hecho, dejando 'limpio' a su amigo Muñoz.
Marcos Melchior contó también que en la casa de un amigo en común compartió rondas de mate y asados con el padre de Muñoz y que, cuando iba a este domicilio, varias veces vio a José María (Muñoz, a quien se lo investiga como partícipe necesario del homicidio) afuera de su casa con un cuchillo tipo facón en la cintura.
Concluida las ruedas testimoniales la Dra. María Eloisa Errea de Watkins pasó la sesión a cuarto intermedio hasta hoy jueves a las 10 de la mañana, día en el cual se desarrollarán los alegatos.