“En el tratamiento de várices y arañitas tratamos de innovar un poco en la zona y hemos traído una técnica novedosa, que es con láser. Queremos explicarle a la gente que el sistema láser, cuya palabra a veces asusta, no es algo tan costoso en comparación con el tratamiento esclerosante”, dijo el Dr. Diego Azcona, especialista en Flebología, ante la consulta de La Nueva Radio Suárez.
Explicó que “lo que hago siempre es priorizar un tratamiento alternado entre lo que es un tratamiento esclerosante y el láser. La mayoría de las personas tienen tres tipos de colores de arañitas en una misma pierna. Colores rojos, verde y azul. Eso habla de las tres capas de la piel: epidermis, dermis, hipodermis, y en base a cada una de esas capas da el color de la arañita. Ahí es donde viene la combinación de ambos tratamientos, considero que lo ideal es hacer esta combinación porque el láser sirve para un tipo de arañita, la roja, que es la más superficial, la primera que uno encuentra, y las azules y verdes están en la capa media y más profunda, donde el láser no llega. Es importante alternar las dos técnicas, en base al tipo de afectación que el paciente tiene”.
Más adelante en la entrevista el Dr. Diego Azcona habló de los mitos: “las várices no se curan, se tratan permanentemente durante toda la vida del paciente. El hecho que nosotros operemos o cerremos una vena no implica que se va a cargar o sobrecargar el sistema circulatorio, en un área donde no había problema. Esto no es así. Primero las venas si están funcionando bien no se ven. Si se deforman se ven; si se ve no sirve, no cumple la función. Las de la piel provocan algún problema estético, un hormigueo, alguna picazón. Las várices más grandes, que ya no son de la piel, las que la gente identifica como más gordas, tienen otro tipo de complicaciones y de tratamiento, que es quirúrgico, donde como alternativa a la cirugía tradicional se opera también con láser”.
Destacó la importancia de “tratarse para que la situación no se complique. Y que realice controles periódicos una vez por año. De rutina se debe ver a un especialista. El problema lo va a tener toda su vida, por eso es importantísimo la asistencia al profesional una vez por año o cada dos años”.