La propuesta incluye a los profesores de educación física y los entrenadores de cada una de las disciplinas y sus diferentes categorías, y también la presencia de alumnas de 3er año de la carrera de Trabajo Social del Instituto Nº 48, lo que se constituye en una práctica tipo pasantía, muy interesante, ya que propone un abordaje preventivo.
“El proyecto marcha muy lindo, ya vamos por el tercer encuentro”, dijo la Psicóloga consultada.
Agregó que “vamos tomando cada mes un tema, que vamos trabajando de distinta manera, según el grupo de chicos que tenemos cada viernes. El primer mes trabajamos el cuidado de la naturaleza y la responsabilidad ecológica, en el segundo encuentro el valor de la amistad y en el tercero el de la solidaridad. En este último incluimos una experiencia de amasado, con los de 6 a 9 hicimos pan casero; los chicos llevaron panes al Hogar La Providencia y también se llevaron pan a su casa. Con el grupo de 10 a 12 hicimos también pan casero y lo llevamos al Centro de Día, y con el grupo más grande amasamos tallarines que llevamos al Taller Protegido. Fue muy interesante ver el movimiento que fueron haciendo cada uno de los grupos”.
Las Psicóloga Menéndez comentó que “en cada encuentro se trabaja primero con los profesores de educación física para que los chicos se distiendan, luego las alumnas de Trabajo Social llevan adelante una actividad que previamente proyectaron y que yo he elegido de entre varias propuestas, de acuerdo a la que considero más adecuado para la ocasión y que desplegamos entre todos. Trabajamos siempre los temas en forma grupal y después terminamos el encuentro con un refrigerio. Con los más grandes por ahí hacemos el cierre con una cena”.
Agregó que “para los chicos que participan lo más lindo es el valor del encuentro. Esos chicos no se ven usualmente, se encuentran solamente en el campo de juego y con su categoría. Es una manera de integrarlos, que conversen entre ellos. Es muy interesante que cuando presentamos el tema del día, y les preguntamos de los temas hacia atrás, todos se acuerdan de lo que hemos venido trabajando y cómo esto ha repercutido en sus conductas y sus acciones. Los más chicos están ávidos de contar lo que hacen; los adolescentes tienen otra postura, más de reserva, pero una vez que se abre el juego es muy interesante las cosas que surgen”.