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Una madre de Huanguelén denunció ante el Concejo Deliberante a Susana Previsdomini por discriminación y maltrato psicológico.
Cuestionamiento al funcionamiento de las Residencias Estudiantiles.
“Presento esta denuncia para solicitar que las Residencias Estudiantiles estén a cargo de personal idóneo, con mayor sensibilidad y empatía para que los estudiantes que permanecen y los que vengan no tengan que vivir situaciones como la relatada, que para mi hijo ha resultado muy desgastante” expresó la madre Graciela Rodríguez, elevada al Concejo Deliberante.

En la última sesión del Concejo Deliberante la Trabajadora Social Graciela Rodríguez denunció por escrito que la Presidente del Consejo Escolar agredió psíquica y emocionalmente a su hijo, Iván Palacio.
La misiva remitida al HCD manifiesta que “Iván Palacio durante los últimos años compartió el departamento Nº 9 de las Residencias Estudiantiles de Bahía Blanca junto a sus compañeros Juan Pablo, Facundo y Diego. Si bien los cuatro jóvenes no mantenían en optimas condiciones de higiene y orden el lugar (característica bastante común en estudiantes jóvenes, sobre todo siendo varones), hay que destacar que han sido muy buenos estudiantes y excelentes compañeros. Nunca hubo problemas de convivencia entre ellos ni tampoco con el resto de los residentes de la torre que corresponde al Distrito de Coronel Suárez”.
“Con tan solo 23 años mi hijo se recibió de Ingeniero Químico y además estaba por concluir la carrera de Ingeniero en Alimentos, que hizo en forma paralela, por lo que se le solicitó a la Presidente del Consejo Escolar, Susana Previsdomini (a cargo de las Residencias), que se le permitiera residir allí un cuatrimestre más”.
“En un primer momento Previsdomini accedió, pero luego fue expulsado por la denuncia de un nuevo ingresante en la que se señalaba el desorden en que se encontraba el departamento. Cabe aclarar que todos los años, a principio del ciclo lectivo, íbamos a hacer una limpieza general pero el estudiante en cuestión llegó antes de que pudiéramos viajar para hacerla”.
“El problema se solucionó a la brevedad, ya que no se trataba de destrozos o roturas sino de limpieza, la que se llevó a cabo y el departamento quedó en óptimas condiciones. No obstante el ingresante no lo ocupó pero tampoco se le permitió a Iván permanecer en él”.
“Dos de los compañeros habían abandonado la Residencia en forma voluntaria y el tercero recibió un llamado de atención pero aún sigue allí. Iván no tuvo chance y debió buscar alojamiento en un estrecho departamento junto a dos jóvenes que le brindaron un lugar, aún a costa del hacinamiento”.
“Previsdomini, en visitas a los departamentos de la torre, hablaba de Iván citándolo como ‘ejemplo’, diciendo textualmente: ‘mantengan el orden y la limpieza en los departamentos, porque de lo contrario les va a pasar lo que al mugriento del 9’”.
En este sentido la madre indicó que “el desorden o la falta de higiene que existían en el departamento 9 no solo era responsabilidad de mi hijo, sino también de los otros tres compañeros, pero a ellos nunca se los alude, por lo que se infiere animosidad y ensañamiento hacia Iván”.
“Actualmente, en el edificio de las Residencias, a mi hijo no se lo conoce por haber hecho una excelente carrera y recibirse casi en dos ingenierías con solo 24 años o por ser un buen compañero que le brinda ayuda y apoyo a quien lo necesite, o por ser alguien que nunca tuvo problemas de convivencia. La señora Previsdomini hace un recorte de su integridad y lo pone a manera de ‘ejemplo’ negativo, olvidando que está hablando con un excelente estudiante, motivo básico de la existencia de Residencias Estudiantiles”.
“La joven en cuestión estuvo reclamando la presencia de las Trabajadoras Sociales pero la señora Previsdomini se hizo presente luego de siete meses. Además una de las victimarias no cumplía con los requisitos académicos para permanecer en la Residencia, pero solicitó la excepción y le permitieron quedarse”. Cito este caso para demostrar a dónde apunta la escala de valores de esta señora, que no sanciona gravemente un caso de bullying (y aún lo apaña), dando la excepción a una de ellas pero expulsa a un estudiante por algo que se solucionó con trapo, lavandina y detergente”, señaló Graciela Rodríguez.
En el final de la nota sostiene que “un lugar ocupado por estudiantes jóvenes, que se encuentra en estado de vulnerabilidad por la etapa de la vida que enfrentan, con nuevas responsabilidades y lejos de sus familias, no puede estar manejado por una funcionaria que trata con tanta hostilidad e intransigencia a un estudiante y que se ensaña con su persona haciéndolo único responsable de un problema de cuatro, que lo injuria aludiendo a su persona como ‘mugriento’, que tiene una actitud radical por la falta de higiene pero no por un problema grave como es el bullying y que a la hora de hacer una evaluación y posterior decisión no tiene en cuenta los aspectos positivos de una persona ni su desempeño académico”.
La Trabajadora Social de Huanguelén señala ante el Concejo Deliberante que “presento esta denuncia para solicitar que las Residencias Estudiantiles estén a cargo de personal idóneo, con mayor sensibilidad y empatía para que los estudiantes que permanecen y los que vengan no tengan que vivir situaciones como la relatada, que para mi hijo ha resultado muy desgastante”.
En el Concejo Deliberante se informó que la denuncia será incluida dentro del temario que se abordará en la reunión de esta semana con las responsables de las Residencias, Susana Previsdomini y Sonia Kuschak”.

 
 
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