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Monóxido de carbono: cómo prevenir accidentes

Es un gas altamente tóxico y considerado un "asesino silencioso". Con la llegada del invierno es importante tomar precauciones al momento de cocinar, bañarse o calefaccionar el hogar

El monóxido de carbono (CO) es un gas altamente tóxico producido por una mala combustión de cualquiera de las sustancias susceptibles de ser quemadas para generar calor, como carbón, madera, querosén, alcohol o gas, que son materiales combustibles ricos en carbono y que necesitan oxígeno para quemarse. Si la cantidad de oxígeno disponible es insuficiente, la combustión será incompleta y generará monóxido de carbono.
Generalmente se produce por un mal estado de las instalaciones, insuficiente ventilación o instalación de artefactos en lugares inadecuados. Aunque también se presentan casos por exposición a gases de escape del automotor y por inhalación de humo durante un incendio.
Cada año se registran en la Argentina cerca de 200 muertes por intoxicaciones con monóxido de carbono
Estas cifras se dan sobre un total de aproximadamente 2500 casos, según la Edición 2014 de la Guía de Prevención, Diagnóstico, Tratamiento y Vigilancia Epidemiológica de las Intoxicaciones por Monóxido de Carbono del Ministerio de Salud de la Nación, de acuerdo a los reportes del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS).
Lo llamativo es que la mayoría de los casos son prevenibles y evitables, con medidas relativamente sencillas y conductas responsables.
Los accidentes por intoxicaciones por CO son producidos en un 87% por calefones, 8% por calefactores y 5% por cocinas. El monóxido de carbono ingresa al cuerpo a través de la respiración, llegando primero a los pulmones y luego incorporándose a la hemoglobina del glóbulo rojo presente en la circulación sanguínea, desplazando al oxígeno y generando carboxihemoglobina. Eso hace que al disminuir el oxígeno afecte en primer lugar al cerebro, con síntomas como mareos, náuseas y vómitos, y en segundo lugar al corazón, incrementando el riesgo de que se produzcan arritmias cardíacas, infarto de miocardio y la persona fallezca.
El monóxido de carbono es altamente peligroso porque no es detectable a través de los sentidos: carece de olor, sabor y color; tampoco irrita los ojos ni la nariz. Un signo típico de su presencia es que se siente como que 'falta el aire' en el ambiente.
La doctora Mercedes Barlotti, médica toxicóloga, ex miembro de la Unidad de Toxicología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, explica: "Estas intoxicaciones también suelen presentar síntomas como problemas de visión o de audición, olvidos, síntomas parkinsonianos, y hasta trastornos psiquiátricos. Incluso se llegó a mencionar a este tipo de trastornos -muy frecuentes en las mujeres que por los años 1800 utilizaban las cocinas económicas a leña pasando muchas horas cocinando y se las conocía como 'la locura de las cocineras'. Fue Claude Bernard en 1857 quien describió por primera vez esta Intoxicación".
Es por eso que la especialista resalta la importante estar alerta a las intoxicaciones, ya que por ejemplo, en el caso de las embarazadas, el que más sufre es el feto, que capta el CO entre 10 y 15 veces más que la mamá. "Esto se debe a que su hemoglobina fetal es inmadura y más hábil para captar el monóxido de carbono, lo cual hace que necesite aproximadamente 5 veces más tiempo de tratamiento con oxígeno, una vez que la mamá esté asintomática, para estar seguros que eliminaremos todo el CO del feto".
Para el licenciado Rafael Rodríguez Roda, gerente de Asuntos Públicos de MetroGAS, "es importante realizar un adecuado mantenimiento de todas las fuentes de calor, haciéndolas revisar periódicamente por un gasista matriculado. Con una medida tan sencilla como ésta podríamos evitar intoxicaciones que ponen en serio riesgo la salud y la vida de las personas. Esta situación no discrimina clases sociales, se da en todos los estratos", agrega el ejecutivo.
"Debemos tener en cuenta que un calefactor para funcionar necesita de un combustible (gas) un comburente (oxígeno) y una fuente de energía (un sistema de clic, por ejemplo) que dé una chispa para encender la llama", explica la doctoraBarlotti, quien también es miembro fundador de la Asociación Toxicológica Argentina (ATA).
Las intoxicaciones por Monóxido de Carbono (CO), se dividen en cuatro formas clínicas:
-Sobreaguda: Los síntomas de comienzo van a estar ausentes ya que el paciente muere en pocos minutos debido a que la concentración de CO en el ambiente va a ser muy elevada (1500 ppm -parte por millón- o más).
-Aguda: Los síntomas de inicio van a ser cefalea, náuseas, vómitos, calambres, convulsiones, infarto de miocardio, daño hepático. Aquí la concentración de CO en el ambiente va a ser menor a 1400 ppm.
-Subaguda: En ésta forma de presentación, el paciente va a estar expuesto al CO durante varios días y a menores concentraciones y los síntomas van a ser cefaleas, mareos, vómitos, alteración digestiva e irritabilidad, los que progresan a cuadros clínicos más complejos, dificultando al médico el diagnóstico de ésta intoxicación y llevando al paciente a que tenga secuelas en el tiempo.
-Crónica: La exposición al monóxido de carbono (CO) va a ser durante meses o años a pequeñas concentraciones, siempre mayores a 50 ppm. Ya que lo tolerable en un ambiente debe ser menor a 50 ppm. El síntoma cardinal va a ser la cefalea crónica que no mejora con analgésicos, trastornos de conducta, síndrome parkinsoniano, pérdida de estabilidad (síndrome cerebeloso) cansancio, insomnio, calambres generalizados, vértigo, temblores, pérdida del olfato, disminución de la agudeza visual, alteración en la visión de los colores, y cuadros psiquiátricos, lo que hace que a las intoxicaciones crónicas se las conozca con el nombre de 'una enfermedad simuladora', que hace mucho más difícil llegar a un diagnóstico correcto.
Existen fundamentalmente 3 grandes tipos de intoxicaciones: las que se dan en la vivienda diaria, las de la vivienda eventual (de vacaciones o de fin de semana) y las del automóvil. Aunque también los incendios dentro o fuera del hogar son otra fuente importante de emanación de monóxido de carbono, también llamado 'gas asesino'.
"Las fuentes de calor recomendadas son las de tiro balanceado, o sea aquellas en las que la combustión se genera en una cámara estanca (cerrada), eso es que toma el aire del exterior y libera los gases de combustión al exterior, de esta manera se evita disminuir el oxígeno ambiental", concluye Barlotti.
Fuente: Infobae.

 
 
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