“Aeroplanos”, la obra de Carlos Gorostiza, se presentó en la noche del miércoles en la sala del Teatro Italia donde el público que asistió tuvo la oportunidad de apreciar de qué manera el texto y la brillante interpretación de los dos actores refleja como pocos el mundo de la vejez y ese vínculo poderoso que une a aquellos cuya amistad trasciende el tiempo, los problemas, las pérdidas, la soledad y el paso inevitable de los años.
Paco (Mario Pasik) y Cristóbal (Rodolfo Ranni) se conocen desde hace seis décadas. Ellos han transitado juntos una infinidad de momentos y ahora se enfrentan a una jornada que puede cambiar sus vidas para siempre. Los miedos, los sueños, los sentimientos propios de la tercera edad, sobrevuelan este relato creíble y entrañable que el público de Coronel Suárez recibió con gran emoción y con momentos de sonrisas mezclando sensaciones, ya que esta obra relata la historia de dos amigos que se conocen desde hace mucho tiempo y muestra la convivencia entre ellos, mientras se preguntan sobre la existencia y dialogan sobre la vida en un desarrollo que presenta escenas con gran soporte humorístico.
Sus protagonistas, Rodolfo "Tano" Ranni y Mario Pasik, interpretan dos personajes en la que combinan a la perfección la emoción y la risa.
La tarea de Gorostiza es envidiable por la sabiduría y el humor que tiene. Más que hablar de la muerte, habla del sentido de la vida. Los personajes estuvieron casados con amigas de la infancia y quedaron viudos, pero la obra habla de los sentimientos de amistad y de la esperanza. Ellos quieren volar, toman vuelo, se sienten más livianos y jóvenes, por eso el título de la obra, bajo una connotación melancólica que nos retrotrae a nuestra infancia.
Final con merecidos aplausos para dos actores queridos, populares y con extensas trayectorias que demuestran no solo la vigencia sino el manejo escénico a la perfección.