Nació en Tandil, Provincia de Buenos Aires, en 1923. Obtuvo el título de Profesor de Educación Física en 1943, en el Instituto de Educación Física de San Fernando, y en 1954 el de Profesor en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Facultad de Humanidades de la UNLP.
Durante toda su vida ejerció la docencia en instituciones educativas de nivel secundario, terciario y universitario. Fue un activo defensor de la educación pública, laica y gratuita. Fundó la Asociación de Vida en la Naturaleza y Educación (AVNE). Integró la comisión fundadora de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de La Plata en 1979. Fue Co-Director de la revista Después de clase (entre 1962 y 1965). Entre sus publicaciones se destacan: Campamentos juveniles (Eudeba, 1966), Campamento, una experiencia compartida (CEAL, 1973) y Colonia de Vacaciones (Nueva Librería, 1993). Falleció en 2005 en La Plata.
En la jornada del miércoles se impuso el nombre de un sector de la Biblioteca del Instituto de Formación Docente Nº 48, el nombre de este digno educador.
Al momento de hacer uso de la palabra, el Profesor Marcelo Di Lorenzo señaló que “estamos celebrando dos hechos muy importantes, que están resumidos en el acto de hoy. Por un lado la donación en su momento de los libros. Fue un llamado muy inesperado, María Esther me llama y me dice que tiene libros para donar. Le dije que en el Instituto Nº 48 iban a venir muy bien por la carrera de Educación Física. Envió 47 cajas de libros”.
“Por otra parte nosotros veníamos pensando con algunos de los profesores que había una sección de la biblioteca que se podía llegar a llamar ‘Jorge Saraví Riviere’. Se hace la consulta a la dirección del Instituto, se aprueba esta propuesta, por eso a partir de hoy una parte de nuestra biblioteca llevará este nombre. La pregunta para ustedes es quién fue Jorge Saravi Riviere. Forma parte de un personaje muy singular que tiene una característica muy poco común. Se lo puede llamar Maestro con mayúsculas”. “Fue formador de formadores de numerosas generaciones de profesores de Educación Física en los distintos lugares en los ámbitos en los que se desarrolló a lo largo de una prolífera carrera docente. De una honestidad intelectual intachable. Preocuparse siempre porque nosotros como alumnos y futuros docentes expandamos nuestros límites. Y eso significaba seguir estudiando, perfeccionándonos, aprendiendo a trabajar en equipo. Eso fue lo que hicimos, y a lo largo de todo el país hay profesores que siguen reconociendo esos valores supremos, que es seguir trabajando y no solamente estudiar para uno, sino lo que uno sabe replicarlo y que se extienda para mejorar la educación que tenemos, en cualquier ámbito. Para nosotros no nos cabe la menor duda que el mensaje final que recordamos es que Jorge Saraví Riviere sí honró la vida!”.
Su familia envió una nota de agradecimiento a la institución educativa:
“¿Qué decir de este gesto de poner el nombre de Jorge Saraví Riviere a un sector de la biblioteca del Instituto? ¿Qué decir cuando el reconocimiento para un ser querido llega en el medio que él amaba: el ámbito educativo? ¿Qué decir cuando llega de un grupo de colegas de una tarea que él amaba: la docencia? ¿Qué decir cuando además llega en ‘la piel’ de un lugar que durante años fue su hábitat casi natural, los libros?... Creemos que nada de esto es casual y que el reconocimiento del que hoy es fruto ha sido lo que supo sembrar en su tarea docente, y significa que los colegas y los alumnos en los que puso tanto trabajo, tiempo, dedicación y cariño han sabido reconocerlo (esto también puede ser: han podido adherir a sus enseñanzas). La familia de Jorge: su esposa y sus hijos agradecen profundamente a Marcelo y en su persona a todos los que se plegaron a esta iniciativa e hicieron posible que se concrete. En este acto sencillo pero muy significativo, lleno de admiración y afectos, simplemente muchas gracias”, firman: María Luisa, Jorge Ricardo, María Claudia y María Elena.