Actuales dirigentes, afiliados, estimados compañeros:
Hace casi 54 años (1° de agosto de 1961) me incorporé por pedido del compañero Rubén Luongo a la actividad sindical y, a partir de ese día, mi vida quedó signada por la organización sindical a la que ingresé con 18 años de edad.
El sindicato local era más joven. Tenía apenas 11 años de vigencia en momentos buenos para la creación de sindicatos (1950) pero dolorosos luego del 55. Cuando ingresé estaban aun prohibidos los símbolos Peronistas. No se permitía expresar la cobijante palabra “compañero”, a la que apelábamos como desafío y para identificar claramente de qué lado estábamos y eso nos hacía sentir muy orgullosos, con sentido de pertenecía a la clase trabajadora y por consiguiente Peronista.
Al segundo día de ingresar a la empresa eléctrica local, Rubén Luongo, dirigente histórico y fundamental del gremio, necesitaba quien ensobrara información para las filiares y me llevó al sindicato. Permanecí militando treinta y dos años en su sede, para luego continuar haciéndolo en su representación en el organismo laboral local hasta mi jubilación. 48 años que marcaron y formaron mi vida.
El sindicato tenía once años de vida y el ingresar con 18 años de edad, cuando aun y a pesar de los primeros pasos hechos por verdaderos pioneros y valientes dirigentes en épocas muy difíciles estaba todo por hacer. Justamente por lo que aun hoy está vigente, la gestión superadora a favor de la familia y los derechos del trabajador. Sin egoísmos. Siempre nuestra organización hizo lo posible por que el resto de los trabajadores pudieran gozar de beneficios como los obtenidos por Luz y Fuerza. De hecho nunca estuvo el gremio ausente de actuar y conducir acciones que busquen beneficiar al conjunto de los trabajadores.
Luz y Fuerza estuvo refundando y conduciendo la CGT. Fundando la Asociación de Obras Sociales, la farmacia sindical. En comisiones de promoción industrial. Velando por la salud de la familia trabajadora. En el Concejo Deliberante y en el Ministerio de Trabajo. Trayendo a nuestra ciudad el PAMI y la prestación para jubilados de la mano de un amigo y dirigente de Luz y Fuerza, Angel Cerra, o el Ciclo Superior para la Escuela Industrial, siempre demostrando nuestra amplitud de lucha.
Pusimos la cara y velamos por el buen nombre y honor de Luz y Fuerza, del que estuvimos y estamos orgullosos de pertenecer. Dejamos bien alto el prestigio de todos y cada uno de los hombres y mujeres que han dado la vida por el gremio y condujeron el mismo con honestidad y dedicación.
- Los fundadores con valor y militancia dieron todo de sí para sostener la organización y obtener su sede propia en Alem 60. Lucha desigual en aquel momento. Dura, sacrificada, pero esperanzadora y con visión trascendente.
- Tuve el honor de iniciar las acciones, junto al compañero Rubén Luongo, de nuestra obra social, el plan de viviendas. Mucho pude aprender y seguramente mucho me faltó. Cuando se me designó para integrar la comisión revisora de cuentas de la Federación, fui halagado y beneficiado con la sabiduría de hombres como Félix Perez, Oscar Smitz, Agustín Tosco, Adalberto Wimer, don Luis Natalini, Angel Cerra. Juan José Taccone, Fillipini, Roccia, con quienes en mi condición de joven militante me permitían charlar con ellos y preguntar, preguntar para aprender. Con ese objetivo les oficié de chofer, secretario, asistente, acompañante en reuniones donde incorporé conocimientos. Con ellos conocí a José Ignacio Rucci, Lorenzo Miguel. Fui a congresos de la CGT, asambleas de la UOM, de SMATA y ya como auditor de nuestra obra social conocer la mayoría de los sindicatos del país y sus dirigentes.
De mi compañero Rubén Luongo aprendí sindicalismo. Con Ricardo Felde aprendí herrería. Rodolfo Bettin y Rubén Anastasi me enseñaron electricidad. Mucho por agradecer a la vida.
Mucho me sirvió todo esto para la militancia que luego vendría hasta mi retiro jubilatorio.
Hoy Dios me permite en este nuevo aniversario agradecer nuevamente los beneficios recibidos de esa organización sindical de la que me siento muy orgulloso.
Que sea una fiesta.
JULIO ZABALLA
L.E. Nº 5.492.952.