Jorgelina Cárdenas y Julio César Currulef son integrantes de la comunidad Mapuche. Viven en Sierra de la Ventana desde hace poco más de un año. Él es oriundo de Bahía Blanca, ella de Río Negro.
El jueves estuvieron en la Escuela Secundaria Nº 4 hablando ante un numeroso grupo de alumnos de ese establecimiento.
Luego, en horas de la tarde, desarrollaron una actividad similar en la Escuela Primaria Nº 4.
La presencia de ambos fue convocada por el grupo Milla Cura, que desde hace tiempo vienen trabajando con los pueblos originarios.
Luego de saludar en su lengua, Julio Currulef dijo que “hay una palabra nueva ahora, originariomanía. O sea, se ve que estamos de moda, pero lamentablemente nosotros siempre estuvimos, siempre estamos. No es que este sea nuestro territorio, porque nosotros no somos dueños de nada. Nosotros pertenecemos, somos un integrante más de la tierra. Nosotros decimos que pertenecemos a la tierra, no somos dueños de la tierra. Habitamos este espacio hace muchísimos años. Hay una referencia temporal que se puede llegar a decir de 12.480 años”.
¿Originarios de Chile?, fue la pregunta siguiente y la respuesta no se hizo esperar: “si nosotros nos remitimos a la historia, en el 1700 estos eran territorios del Virreynato del Río de la Plata, en el 1800 pasó a ser un estado independiente de la corona de España y todo lo que se sabe a través de la historia que nos contaron. Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Uruguay, son todas líneas en un mapa. Para nosotros las fronteras no existen. El Mapuche no tiene fronteras. Nosotros no somos ni argentinos ni chilenos, somos Mapuches. No venimos de Chile, perseguidos por el Arauco. Como el español no podía pronunciar nuestro idioma, que es ágrafo, no tiene escritura, no le salía, por eso decían araucano. Nuestro cacique líder no era Lautaro, a Valdivia no le salía pronunciar su nombre, por eso transformó en español un nombre que no entendía”.
A su turno, Jorgelina Cárdenas, luego de saludar en lengua mapuche, habló de ella, de su familia, de sus hijos. Mencionó los avasallamientos a su cultura y tradiciones que se siguen haciendo hoy día. Julio y Jorgelina tienen dos hijos y tardaron más de un año en asentar a cada uno en el Registro Civil porque no les admitían el nombre Mapuche para sus hijos.
“Viva donde viva uno no deja de ser originario. Somos lo que somos. Por suerte, con mucho orgullo lo digo. Las cosas no han cambiado mucho, pareciera que sí, nosotros nos hacemos ver un poco más, difundimos nuestra cultura. Pero la colonización no ha terminado nunca, no solamente con los originarios sino con muchas otras tantas personas”.
Informó sobre lo que implicó el descubrimiento del cementerio originario, que los investigadores determinaron tienen restos de 2.200 y hasta 2.700 años de antigüedad, y lograr que ese lugar sea respetado como sagrado.
Hubo una ceremonia en el lugar, se pactaron las condiciones de extracción de los restos y la restitución de los mismos y las pautas de trato para los restos extraídos.
El día 22 de este mes de junio, en una ceremonia que comenzará a las 9 de la mañana, tendrá lugar la restitución de los restos en ese cementerio. Y se busca profundizar las condiciones de cuidado y de respeto como lugar sagrado.
Por otra parte el día 24 se llevará a cabo una ceremonia Mapuche, porque con el solsticio comienza el Año Nuevo Mapuche.