Después de que llegara una formación de tren china a Bahía Blanca desde Plaza Constitución, el regreso de los coches no sería permanente por el estado de las vías.
Las mayores dudas se centran en el lapidario estado de las vías que, aparentemente, no se resumiría a 70 kilómetros como señaló en los andenes locales el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, sino a muchos más.
Según fuentes consultadas, de los 680 kilómetros que tiene la vía Lamadrid hasta Buenos Aires, unos 500 deben ser sometidos a trabajos de reparación de distinta índole y de estos unos 250, como mínimo, obligarían al recambio completo de rieles.
Si bien oficialmente tanto maquinistas como los inspectores y funcionarios políticos se manifestaron satisfechos por el viaje de prueba, es poco probable que estos trenes puedan ser empleados para brindar un servicio regular y, en caso de que se asuman los riesgos de roturas y descarrilamientos, nada garantiza que sigan corriendo después de las elecciones.
“Es como meter un auto 0 km, diseñado para andar por autopistas, a correr por la ruta 3 vieja. Ni hablar si utilizan la vía Pringles, por que si bien son 40 kilómetros menos hasta Capital, está realmente mucho peor que la Lamadrid. Por algo siempre se habló de un único viaje semanal, sería imposible que circulen diariamente”, señaló un veterano conocedor del sistema ferroviario regional que no posee intereses políticos ni económicos en el tema.
“El informe del estado de las vías es muy malo –agregó- y en mi opinión es muy difícil que los trenes chinos puedan prestar el servicio. Sobre todo porque la garantía ofrecida por el fabricante establece que las vías deben encontrarse en buen estado y arreglarlas en forma conveniente demoraría unos seis meses”.
Fuente: La Nueva.