Entrevistada la Dra. Marta Travería surge la afirmación de la profesional cuando afirma que “uno no puede dejar de entender el ser humano adulto si no entiende la mochila que trae consigo y esa mochila son todos los sucesos que ha padecido el ser humano desde que nació hasta el momento en que se lo está evaluando, atendiendo, quiere llegar a la problemática que tiene. Uno como médico se replantea pensando que algo hay que hacer”.
“Uno tiene que focalizar no solo en el individuo, en lo que es lo biológico y natural, si uno no está atento a todas las circunstancias que envuelven al ser humano en lo individual. Me refiero a los sucesos emocionales, a los vinculares que uno tiene con respecto a la sociedad, los económicos que atañen al individuo en forma particular, los sucesos sociales que también influyen directamente en el individuo”. La Dra. Travería comenta luego que “pensar hoy a la medicina en un aspecto biológico y natural, creo que caeríamos en un grave error, en un simplismo, olvidando que todo lo que nos rodea uno lo va absorbiendo. Y esta relación individuo sociedad, con todo lo que implica, este feedback, esta cosa de ida y vuelta, es lo que nos hace estar más o menos sanos o no estar en una situación de salud”, indicó la profesional consultada al hacer una introducción al tema.
Más adelante dijo que “el estado de salud es muy difícil de adquirir. La definición de salud dice que es el bienestar psicofísico y social. Pero uno nunca está en equilibrio permanente, porque siempre hay cosas que están desfasándose. Continuamente hay situación de cambio. Lo único constante en este mundo es el cambio, siempre se van sucediendo hechos y vamos cambiando desde el interior hasta lo biológico”.
“El cambio puede ser positivo y negativo. Pero no se puede dejar de tomar en cuenta que vivimos cambios permanentemente. Los pediatras estamos acostumbrados al movimiento en nuestros pacientes, porque viven en una evolución desde que nacen hasta los 18 años. El resultado va a depender un poco de lo que uno piensa, de lo que quiere, de las expectativas que uno tenga, y desde lo biológico que está influenciado por lo genético. Nos podemos preguntar por qué antes no había tal o cual patología, o había menos: obesidad, diabetes, trastornos de la alimentación”.
“Tiene que ver con lo que he venido diciendo sobre los cambios. Tiene que ver con las expectativas que uno tiene y con lo que uno espera que acontezca, y lo que finalmente sucede como logros obtenidos. Cada vez más lo biológico no puede estar solo. Los trastornos de la alimentación, depresiones, situaciones de pánico, tienen que analizarse desde cada paciente y su contexto. El otro día, con una chiquita con trastorno de la alimentación, me preguntaba la mejor forma de tratarla porque su mente es la que determina su accionar. La mente son las emociones y los pensamientos”.
“Si permanentemente estoy pensando que mi cuerpo es feo, que no lo quiero, que quiero estar más flaca, por más que una parte de mi cerebro razone y entienda que si no como me voy a morir, ¿cómo puedo llegar a mejorar una anorexia si no puedo llegar a su construcción mental que está fuertemente arraigada? Cuando más grande es un pensamiento más dificultoso es deshacer esa construcción. Hay que trabajar mucho y cada vez hay que hacerlo en forma más integral, ningún trastorno de la alimentación se modifica si no se aborda una desconstrucción de ese pensamiento, que termina conduciendo las acciones del individuo”.