La odontóloga Marcela Simón ya tiene lo que pidió: un policía de la comisaría n°27 en la puerta de su casa las 24 horas. Luego de que declarase como testigo durante más de dos horas en el juzgado de Instrucción°39 a cargo del doctor Ernesto Botto en la mañana del viernes pasado, su abogado presentó un escrito para que un patrullero la custodiase, algo que fue rápidamente concedido. También pidió a la Justicia un "botón de pánico", el cual todavía no le fue entregado. En su testimonio, Simón se reconoció ajena al hecho por el cual se la citaba; afirmó que no tenía una explicación certera sobre sus causas. Solo dijo que temía por su vida. En sí, fue un hecho tan extraño como previsible.
El jueves 7 pasado, dos mexicanos, Marco Antonio López Quinteros y Carlos David Angulo López, fueron apresados por la Policía Federal en la calle Malabia al 500 por un presunto intento de robo. Tenían a dos mujeres del edificio como rehenes. Hubo fuego: uno de ellos terminó con un balazo en el hombro. Por otra parte, los dos mexicanos llevaban armas inusuales para un simple robo: López y Angulo cayeron con tres pistolas Bersa calibre .22 con silenciadores y balas en la recámara, de acuerdo al parte policial. Los dos hombres habían llegado, de acuerdo al registro de Migraciones, seis días antes del hecho y declararon ser turistas; esta era su primera visita al país.
"Tentativa de robo, privación ilegal de la libertad y abuso de arma" es la carátula que permanece hasta ahora en el expediente. Sin embargo, entre los investigadores del caso, la sospecha se volvió automática: esto no habría sido un simple robo, sino un asesinato por encargo que salió mal. Una de las mujeres rehenes declaró en la causa que los mexicanos decían buscar "a la doctora". Marcela Simón tiene su consultorio en el edificio de Malabia al 500; una búsqueda online de la cartilla de la prepaga para la cual trabaja alcanza para tener ese dato. Y quiénes son Simón y su esposo es la clave de todo este asunto.
El juzgado n°39 evalúa firmemente citar como testigo en la causa al arquitecto Walter Mosca, quien ya habría sido notificado según voces del expediente. Durante años, el abogado Diego Colombini fue socio de Mosca en la firma ODA Desarrollos. Colombini es el marido de Simón. Hoy, tanto Mosca como Colombini son investigados por la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, en el marco de una megacausa por lavado de activos y narcotráfico. Colombini está imputado y pesa sobre él una inhibición de bienes. En la causa, surge el nombre de uno de los clientes de Mosca, el colombiano Antonio Yepes Gaviria. La sospecha es que edificaban en Nordelta con dinero de la droga colombiana.
Cerca de Colombini afirman que el abogado había decidido separarse de Mosca en 2012 al ver varios desmanes financieros, que el grueso de las acusaciones no le corresponde y que el ya recibió amenazas en su teléfono en el pasado, aunque no con un acento colombiano o mexicano. Fuentes con acceso directo al expediente hablan de dos orígenes para esta supuesta venganza fallida: los narcos colombianos vinculados a Mosca y varios inversores argentinos a quienes habría defraudado tomando su dinero sin entregar las construcciones. La primera teoría cobra una preponderancia obvia. Colombini declaró en la causa esta mañana a pedido de su mujer: reclamó el botón de pánico que todavía no recibió. Además, habló de su relación comercial con Mosca y como esta se fracturó.
El juzgado n°39 ordenó el secreto de sumario en la causa. Ambos mexicanos eligieron también el secreto: el viernes pasado se negaron a dar ningún detalle sobre el hecho que se les imputa por consejo de su abogado, Ramón Arigós, que fue defensor de Rodolfo Bomparola. Arigós también tiene como cliente a uno de los colombianos investigado en la parte narco de la causa de Yepes Gaviria. López y Angulo, por ejemplo, no dieron ninguna explicación sobre cómo consiguieron las tres armas con silenciadores. Arigós recibió recién esta mañana el auto de procesamiento para sus defendidos, que estudia apelar ante la sala de la Cámara del Crimen que le toque por sorteo, en base a supuestos discrepancias en testimonios de la causa.
El sábado pasado, La Nación publicó los antecedentes que llegaron vía Interpol de Angulo López. Oriundo del estado de Sinaloa, fue detenido en 2010 en una causa en la que se secuestraron cuatro toneladas de marihuana, más otro arresto en Estados Unidos por "robos con armas y secuestros". También, una fuente del caso aseguró que ambos mexicanos tuvieron una reunión previa con elementos locales antes del hecho en Villa Crespo, en donde habrían recibido las armas. Por lo pronto, López Quinteros y Angulo López esperan sentados en el complejo 2 del penal de Marcos Paz. Una fuente del expediente remarca: "Esto recién comienza".
Fuente: Infobae.