En el aniversario del himno argentino –sancionado como tal hace doscientos doce años por la Asamblea del año XIII gracias a Vicente López y Planes y Blas Parera-, la historia jamás contada que explica la mutación de la canción patria en los estadios de fútbol se remonta a mediados del 2009 y tiene cuatro actores centrales, según pudo reconstruir Infobae: Messi, Carlos Salvador Bilardo, el extinto Julio Grondona y "El show del fútbol", el programa futbolero de América TV que desde hace seis años se adueñó de la noche de los domingos. Por ellos ya no hay más "¡oíd, mortales! El grito sagrado, ¡libertad, libertad, libertad!". Creer o reventar.
El sábado 5 de septiembre del 2009 fue el día D. Ese fin de semana de Eliminatorias FIFA, de cara al campeonato mundial que tuvo lugar al año siguiente en Sudáfrica, Argentina tropezó feo con Brasil en la noche de Rosario, ante un Gigante de Arroyito, el estadio del club Rosario Central, repleto. Fue 3 a 1, con uno de Luisao –de cabeza- y dos Luis Fabiano para los brasileros, mientras que el descuento llegó por Jesús Dátolo. Pero el resultado, olvidable por donde se lo mire, fue lo de menos.
Esa noche rosarina, "El show del fútbol", popularizado por Alejandro Fantino y conducido desde el año pasado por Gustavo López, se compró pochoclos, prendió la cámara y se hizo un festín. Durante los himnos, ese rato que antecede a los partidos de fútbol que se disputan enmarcados en la FIFA, la cámara de SDF solo se encargó de enfocar a un Messi que, una vez más, no supo –o no quiso- cantar la letra patria. Al día siguiente, "El show del fútbol" machacó, una vez más, en dicha cuestión. Un largo y encendido debate de por qué el astro del Barcelona no cantó el himno, una constante en todos los partidos del seleccionado nacional.
Ese programa terminó por desbordar a un obsesivo Bilardo, en aquel entonces secretario de Selecciones Nacionales de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Bilardo sufría por partida doble. Por un Diego Maradona que hacía agua en la dirección técnica del seleccionado, y por un genial Messi que todavía era resistido por un sector de la prensa. Se sufrió hasta el final: el gol salvador de Martín Palermo frente a los peruanos, que clasificó a la Argentina a Sudáfrica 2010, en la noche lluviosa de Núñez, despejó nubarrones.
Pero esa noche de septiembre del 2009, después de ese duro programa que volvió a meter el dedo en la llaga, Bilardo fatigó hasta el hartazgo el teléfono celular de Juan Cruz Ávila. Ex capo de Torneos y Competencias y productor general de "El show del fútbol", antes que cualquier otra cosa, Ávila es psicólogo de profesión. En esa charla telefónica, el productor tuvo que apelar a su especialidad, porque el ex DT campeón del mundo no podía soportar ni un solo programa más en el que se machaque sobre el fanatismo de Messi por no cantar el himno. SDF no era el único de la grilla televisiva que señaló durante aquel momento el desapego patriótico del crack rosarino. Un guiño introvertido y controversial que hacía demasiado ruido, en especial comparada a la avidez de Maradona por defender, a veces con desmesura, nuestras banderas. Demasiado tuvimos con aquella foto del Maradona furioso de Italia 90, desencajado con los italianos que chiflaron con bravura el himno argentino.
Bilardo desconsolado y desesperado, Ávila desconcertado y un diálogo telefónico que sirvió de puntapié para una charla mucho más crucial en la que "El narigón" y Grondona decidieron acotar la canción patria y supeditarla a una versión mucho más musical, despojada de letra. "Don Julio" tenía suficiente peso específico para hacer y deshacer en los escritorios de la FIFA, donde fue profeta hasta que murió, en julio del año pasado. Infobae reconstruyó aquella decisión de fuentes que estuvieron al tanto de tamañas negociaciones, suficientes para desactivar futuros malos tragos para Messi. Ya no sería más juzgado por entonar o no las estrofas. Nacía, para él y por él, un nuevo himno. Una versión moderna disfrazada con mística y emotividad. "Es una locura que no lo cantemos, pero en eso estamos", explica Ávila.
Hasta ese momento, el "¡oh oh oh oh oh oh ohhhhh!" solo había sido inmortalizado por Los Pumas. Argentina debutó con nuevo himno, único en la FIFA, en Sudáfrica 2010, y se lo apropió sin culpa. El propio Ávila, uno de los actores de esta historia, tomó, como argentino, de su propia medicina. Antes del inicio del partido por cuartos de final que la Argentina le ganó a Bélgica por un tanto, con gol de Gonzalo Higuaín, en Brasil 2014, un espectador le preguntó esa tarde en Brasilia si el himno nacional no tenía letra.
Pavada de respuesta la que le tocó al ex jerarca de Torneos y Competencias, que tuvo que explicar que, por Messi, el mejor de todos, el país adaptó su himno a él. Y ¡al gran pueblo argentino, salud!
Fuente: Infobae.