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Cristina y Macri comenzaron la campaña en Buenos Aires

Tras el magro desempeño en las PASO de la Capital, el kirchnerismo decidió reducir su oferta de precandidatos en Provincia y en las generales. El PRO, a la caza de intendentes de la Primera Sección

Cristina y Macri decidieron comenzar la campaña electoral. La grave crisis institucional que merodea a la Corte Suprema de Justicia, probablemente la más grave de la democracia moderna, dejó lugar hacia el final de la semana al reordenamiento de las fuerzas políticas que competirán por mantenerse en el poder en un caso y por alcanzarlo en el otro.
Después de la pobre experiencia en la ciudad de Buenos Aires, el kirchnerismo aprendió dos lecciones: que la proliferación de precandidatos no suma y que las PASO no son una ley de lemas. La conclusión no es menor porque Néstor Kirchner las creo confundiéndolas con un sistema de sublemas donde cada precandidato sumaba al esfuerzo general en favor del más votado. La euforia del 2011 le impidió ver al oficialismo el papelón de Santa Fe de las PASO de aquel año: el FPV alcanzó el 42% en las primarias y el 22% en las generales. A nivel nacional, como los principales candidatos a Presidente utilizaron las PASO como una primera vuelta, nadie reparo en las consecuencias.
Ahora la decisión oficial es la no proliferación de candidatos. La cuestión no era tan preocupante para el kirchnerismo a nivel nacional sino en la provincia de Buenos Aires. La mayor parte de los precandidatos K, excepto casos como el Bossio o Insaurralde y ahora habrá que ver Aníbal Fernández, no llegan al 2%. ¿Para qué repetir el desorden de Capital? Se preguntaron contestándose al interrogante. De ahí que, tal como adelantáramos en esta columna hace má sde un mes, la idea es no más de tres candidatos a gobernador y dos o tres como máximo a Presidente.
Lo que muy hábilmente ocultó el mundo K es que la resolución de acotar candidatos se pensó mirando exclusivamente el mapa bonaerense con la mente puesta en la elección presidencial. Probablemente se diga que la culpa la tienen tanto precandidatos a gobernador anotados para la puja o la indiferencia de varios intendentes, pero quizás la responsabilidad sea más amplia. Se sabe que la diferencia que obtuvo Cristina Kirchner en el 2011 sobre Binner (la friolera de 54% contra 14,9%) es imposible de repetir, pero también que un candidato a presidente peronista necesita en Buenos Aires más del 43-45%. El miedo K es Macri: sumando las provincias grandes, pueda quebrar el record histórico de que nadie nunca llego a la Casa Rosada desde el 83 sin ganar en Buenos Aires (sobre esto volveremos).
Por eso es que en la última semana el peronismo se movilizó en la provincia para comenzar a ordenar el desorden. Veamos:
-Habrá tres precandidatos a gobernador habilitados. La decisión de los tres nombres la tomarán las encuestas y las lapiceras de Carlos Zannini y Wado de Pedro que escribirán con tinta de Cristina.
-Una gran movida sobre el Gran Buenos Aires. El pase de Darío Giustozzi al peronismo oficial –dicen que en versión Florencio Randazzo- esconde la jugada de que toda la tercera sección electoral esté alineada con el FPV. Ni aun el imparable Sergio Massa en el 2013 logro más que conseguir precisamente a Giustozzi de esa sección clave.
-El desafío del FPV es la Primera Sección Electoral, la más fuerte de Massa y donde más hace pie Mauricio Macri. Es el gran Buenos Aires Norte y los municipios cercanos al Oeste. Entre los dirigentes más conocidos de esta sección está el cambiante Jesús Cariglino, cuyo pase al PRO parece haberse demorado ante la negativa del partido de Macri a aceptar todos los pedidos del intendente de Malvinas. Aunque la necesidad puede acelerar las decisiones de ambas partes a favor de un acuerdo.
Mientras tanto en el universo PRO, el fugaz viaje a Europa de Mauricio Macri no le impidió estar en contacto con Argentina. En realidad a seguir manteniendo una actitud que dicen en su círculo íntimo no se le vio nunca y que despuntó después de la victoria de Larreta en Capital: Macri esta personalmente ocupado de algunos "cierres" con dirigentes. Y en los relatos no se habla de gobernadores o posibles candidatos a vicepresidente, sino de Intendentes.
"La idea del kirchnerismo es no más de tres candidatos a gobernador y dos o tres como máximo a Presidente".
El macrismo exhibió en las últimas dos semanas una apertura en sus negociaciones que le permitió confirmar al mítico "círculo rojo" que realmente quieren ir por el poder y que harán todo lo que sea necesario para lograrlo. "No hay lugar para la abstracción" es la frase de cabecera que repite todo el tiempo uno de los principales responsables de la candidatura presidencial de Macri.
En esa estrategia no debe sorprender la negociación con Cariglino o con Humberto Zúccaro. Aclaración importante y que juega tanto para el FPV o el PRO: a esta altura del mes de mayo el "pase" de un intendente massista de la Primera Sección Electoral no tiene precio. Literalmente hablando.
El PRO también hizo números como el kirchnerismo. Contra el discurso público que dice que pueden ganar la elección nacional aun perdiendo la provincia de Buenos Aires, si bien nada está escrito y esta elección 2015 promete entregar sorpresas de todo tipo, el dato histórico es que tanto Raúl Alfonsín en 1983 como Fernando de la Rúa en 1999 –los dos únicos candidatos no peronistas ganadores- ganaron la provincia de Buenos Aires en la categoría Presidente. La victoria de Ruckauf a gobernador tiende a confundir la historia, pero De la Rúa le ganó a Duhalde. Como todos los peronistas naturalmente ganaron Buenos Aires, la conclusión es que desde 1983 a la fecha nadie llegó a ser presidente de Argentina sin ganar en la provincia más importante del país.
Por esa razón es que PRO está analizando todas las alternativas. A las negociaciones para acercarse a Massa –¿a propósito, la confesión de Malena Massa en favor de Macri fue un equívoco o un mensaje fríamente calculado dirigido a PRO y a FPV, con una finalidad que desconocemos?- ahora se sumaron rumores de un acuerdo con De Narváez que hicieron que el viernes el candidato a gobernador tuviera que salir a desmentirlos. No es casual la mirada a De Narváez: marcha primero en las encuestas entre la veintena de candidatos a gobernador de todos los partidos.
La otra cuestión es el resto del país, siempre a nivel presidencial. El gran fuerte de Macri es el corredor que integran Capital, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Puede ganar en las cuatro provincias y eso le otorga un potencial nacional importante, para enfrentar las victorias peronistas en el NOA y el NEA, dejando de lado el interrogante bonaerense. La apuesta de PRO es, como explica uno de los hombres cercanos a Macri, "lograr un piso electoral respetable aun donde perdemos que se ubique por encima del 20%, acercándose al 30%. Que es lo que tiene Scioli donde nosotros le ganamos".
Fuente: Infobae.

 
 
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