Parecía mentira, o un sueño en todo caso, verla aparecer sobre el escenario del Teatro Italia con esa figura característica, recibiendo los aplausos sencillamente, solo bajando la cabeza y haciendo una reverencia a la gente, allí estaba la protagonista de “La historia oficial”, la primera película argentina en ganar el Oscar a la mejor película extranjera en el año 1986 y a partir de allí uno imaginariamente comienza a recorrer sus inicios a los 9 años con sus padres, Pedro Aleandro y Maria Luisa Robledo, las dos carátulas, el clan Stivel, la cosa juzgada, innumerable cantidad de películas junto a Alfredo Alcón, Julio De Grazia, Carlos Carella, como Güemes, la tierra en armas, su exilio en la dictadura y así podríamos estar enumerando innumerables actuaciones teatrales en el mundo, una rica filmografía, premios, nominaciones y hasta un doctorado reciente que le entrego la UADE.
Aplausos para Norma Aleandro, una visita de lujo en la ciudad de Coronel Suárez el sábado pasado ante una colmada sala del Teatro Italia que le dio la mas cordial bienvenida y agradeció con sostenidos aplausos una visita calificada y una personalidad tan sencilla, tan simple, como suele ocurrir con las grandes figuras, enfundada con una bata color rojo, se movió sobre el escenario como el personaje, único que es, interpreto personajes, cambios de voces fuertemente conmovedores, la elegancia que lleva consigo y sola frente al publico llena todo el escenario del Teatro Italia.
Norma Aleandro protagonizó “Sobre el amor y otros cuentos sobre el amor”, una recopilación que Norma hace sobre lo que autores como García Márquez, Vargas Llosa, Lope de Vega, dicen de esos amores que nos vuelven locos en la vida, para bien y para mal. Es un espectáculo que aborda la temática del amor desde el humor.
Norma va armando historias entramándola con cuentos, poesías y canciones, que a la manera de Sherezade, nos hace viajar en el tiempo y el espacio en cuestión de segundos, sobre todo en la personificación de los protagonistas de esos cuentos, es capaz de transportarnos al 1500 o hilvanar un dialogo entre italianos cazadores de oso, por otra parte fiel a su descendencia, pronuncia a la perfección los acentos y tonadas españolas y cierra con la “Señorita de Tacna” de Mario Vargas Llosa ya viejita con 100 años, donde solo difiere un amplio chal blanco que pone sobre su cabeza y aparece la viejita con su voz cascada, se confiesa ante el sacerdote, cuenta por que quedo soltera y esos matices vocales son maravillosos.
Esta acompañada por el eximio guitarrista Oscar Mígueles, quien ofrece tres o cuatro temas haciendo maravillas con las cuerdas y acompaña a Norma en la interpretación de otros temas que le ponen un elemento mas de lujo artístico al espectáculo.
Desde hace ya varios años Norma Aleandro ha transformado este brillante unipersonal en su “caballito de batalla” preferido, no solo por las satisfacciones que le ha brindado a lo largo de su extensa y fructífera carrera, sino también porque el mismo le produce un enorme placer, permitiéndole recorrer algunos de los textos y poemas más bellos de habla hispana, muchos de ellos del Siglo de Oro español, y otros más modernos incluidos “El ahogado más bello del mundo” de Gabriel García Márquez y ese monólogo extraído de “La Señorita de Tacna” de Mario Vargas Llosa que marca el final donde el espectador permanece una hora vente minutos sorprendido por tanto talento, gracia, estilo y elegancia, que mas se puede decir de Norma Aleandro.
“Sobre el amor…” también tiene textos propios de la actriz, y se caracteriza por ser un show íntimo en el que las situaciones se desarrollan en el tono informal de una conversación entre amigos, y en el que sutilmente Norma Aleandro va llevando al público entre sonrisas, alguna que otra canción y carcajadas surgidas de los grandes textos, a los que presta su gran calidad de intérprete con un despliegue personal admirable.
Norma Aleandro disfruta enormemente de este espectáculo y se nota en cada intervención, en cada frase, su voz incomparable, una vocalización perfecta y su figura se pasea libremente sobre el escenario que permite un lazo de comunicación impresionante con los espectadores que dejan la sala al final gratificados por el show que Norma Aleandro nos entregó para el disfrute de todos los suarenses, mas tarde cenó con su esposo y un pequeño grupo de colaboradores en el Gran Hotel donde recibió también el saludo de la gente, muchos de los cuales habían sido espectadores en el premiado unipersonal que ofreció en el Italia, en una noche ideal para el teatro.