Con su extensa trayectoria jamás se lo podría señalar al Profesor Fhur como un “viejo” profesor, al contrario. Porque siempre tuvo una actitud de innovación en sus clases, nunca le temió a la técnica, antes bien la utilizó a su favor y a favor de los aprendizajes de sus alumnos.
A pesar de estar jubilado sigue siendo docente, desde la actitud dispuesta, de escucha, de acompañamiento permanente. De hecho es el profesor que a pesar de no estar en actividad más ha seguido concurriendo al establecimiento, manteniendo una relación que demuestra que está comprometido con el destino y el porvenir de la escuela de la que fue muchísimos años docente.
Este es parte de su mensaje: “en todo cumpleaños va asociada la alegría, por eso decimos feliz cumpleaños. A su vez, a medida que se van cumpliendo años, se va haciendo viejo. Yo pregunto, la escuela, ¿se ha hecho vieja? Me parece que decir que se ha hecho vieja es mentir. Si comparamos esos primeros años, ingresé cuando la escuela tenía 3 años de funcionamiento, viendo esos años y ahora la escuela no ha envejecido. Al contrario, tiene toda una vitalidad”.
Recordó que ingresó en el año 1978, “cuando ingresé la escuela tenía algo así como su edificio, en la calle Mitre. Al mirar por una puerta hacia atrás de un lugar vi un patio con piso de tierra y unas gallinas dando vuelta, de algún vecino. Uno dice, ¿a esta escuela vengo? Por eso digo, la escuela no ha envejecido, tiene una vitalidad, con un espíritu dinámico, de parte de directivos y de los mismos alumnos. Mientras unos terminan otros ingresan. Suelo venir de tanto en tanto, me encuentro con ex alumnos y eso le da a uno una vitalidad. Para mí siempre son los chicos. Muestran algo especial en su rostro. Es lo que es la Escuela Agropecuaria. Quiero expresar el deseo que esa vitalidad siga adelante”.