El Senador Horacio López, autor de la iniciativa, indicó que “es una forma de recordar a tan importante dirigente y militante de las nobles causas del Radicalismo en épocas difíciles, donde lo único que ofrecía esta nueva idea política era luchar por los derechos de las mayorías excluidas, un puesto en la organización revolucionaria y el firme compromiso en las ideas, que traerían un cambio político para el País”.
Una breve descripción de la vida de Marcelo Torcuato de Alvear nos señala que formó parte de una familia que hunde sus raíces en la historia misma de nuestra Patria. Desciende de Carlos María de Alvear y de Torcuato de Alvear (su padre). Y fue de la mano de su padre -uno de los asistentes al acto del Jardín Florida-, que comenzó a tomar contacto con la política partidaria de Buenos Aires.
Marcelo T. de Alvear provenía de una familia de estirpe y con un buen pasar del Buenos Aires de fines del siglo XIX, aunque esto no impidió que fuera un importante protagonista de las luchas por la libertad y el sufragio, a partir de la conformación de la Unión Cívica.
Podemos afirmar que Marcelo T. de Alvear participó de asambleas populares y reuniones de comité que tuvieron lugar en el proceso de consolidación de los valores fundamentales que permitieron la vigencia de una democracia plena. Al producirse la división de la Unión Cívica, en el año 1891, sin ninguna duda su lugar estuvo junto a Leandro Alem en la emergente Unión Cívica Radical.
Las giras, la cárcel y el exilio fueron parte de una novedad para este joven que abrazó la causa popular con dedicación, disciplina, generosidad y sinceridad.
Marcelo Alvear también cultivó una gran amistad con Hipólito Yrigoyen, a quien conoció en la Revolución de 1890. Así fue un protagonista importante en la Revolución de 1893, formando parte del Estado Mayor de la Revolución, con asiento en Temperley. También Alvear se hizo cargo de un ministerio en el efímero Gobierno Revolucionario de Juan Carlos Belgrano.