"El radicalismo está unido y fortalecido para competir en todo el territorio nacional", dijo, con gesto adusto, Ernesto Sanz al salir de la cumbre que lo enfrentó por primera vez con los perdedores de la convención nacional de Gualeguaychú, donde el presidente del Comité Nacional y precandidato presidencial logró imponer el acuerdo con el PRO y la Coalición Cívica. Los senadores Gerardo Morales y Ángel Rozas y los diputados Julio Cobos y Ricardo Alfonsín le hicieron saber que aquella victoria no fue un cheque en blanco y le acercaron una serie de demandas que acordaron la semana pasada.
Sanz ejercitó este martes, por espacio de más de tres horas y a puertas cerradas, en la sede partidaria de Alsina al 1700, en el barrio porteño de Congreso, aquello que había prometido en Entre Ríos: la contención de quienes se opusieron al acuerdo con el PRO por tener en sus provincias pactos previos con otras fuerzas. A ellos, el senador mendocino les garantizó que se respetarán esas alianzas, atendiendo a las situaciones particulares.
La clave estará en la interpretación que se haga del documento aprobado. Allí, se instruía a la Mesa Directiva del Comité Nacional a ampliar los acuerdos "jerarquizando la construcción política con los partidos Coalición Cívica-ARI y PRO", y si bien ya entonces se preveía respetar pactos preexistentes en cada distrito, también se disponía que "en ningún caso se autorizarán adhesiones que incluyan otros candidatos a cargos de legisladores nacionales, ni de parlamentarios del Mercosur si llegaran a elegirse, que no sean miembros de la coalición política nacional en la cual se integre la Unión Cívica Radical". Esto da de bruces con las pretenciones de, por ejemplo, los radicales jujeños, cuyo acuerdo con el Frente Renovador incluye listas compartidas a legisladores nacionales. Aunque no hubo hoy definiciones al respecto, Morales –precandidato a gobernador– se mostró confiado en llegar a un entendimiento y dijo estar conforme con el grado de libertad con que cuenta para administrar su alianza provincial.
Varios de los participantes de la reunión coincidieron en señalar el clima de "encuentro" y "no de reclamo", "cordial", en el que se habló "de todo, con franqueza". Los nubarrones de ruptura quedaron atrás, y lo que hubo fue "un radicalismo que cerró filas alrededor de la resolución de la convención nacional", explicaron.
Tras el encuentro, la UCR emitió un escueto comunicado en el que anunciaron sus próximos pasos: convocar a la Mesa Directiva del Comité Nacional para que dé cumplimiento a lo resuelto en Gualeguaychú, "integrando a todas las expresiones partidarias de la UCR en la construcción de los acuerdos programáticos y políticos" y realizar un lanzamiento oficial de la campaña en una fecha próxima.
En los hechos, ahora el sector "rebelde" participará de las negociaciones con el macrismo, que hasta el momento estaban sólo en cabeza de Federico Storani, Facundo Suárez Lastra y Walter Ceballos. Así, habrá una comisión política, integrada en partes iguales por tres representantes del sanzismo y tres representantes de los rebeldes –de los cuales Rozas es el único miembro confirmado–, que será el encargado, junto con los representantes de cada distrito, de asesorar a la Mesa Directiva en el manejo de "la lapicera", como se conoce en la jerga al armado de listas.
También se creará una comisión programática, que será la encargada de redactar el programa partidario que llevará la UCR más allá de las bases programáticas que tenga el frente que integrará junto al PRO y la CC.
El radicalismo entrará ahora de lleno en el tradicionalmente cruento proceso de armado de listas, que culminará el 20 de junio, cuando venza el plazo para su presentación
Fuente: Infobae. |