Durante varios meses las quejas han sido repetidas por la presencia de grandes escándalos nocturnos en pleno verano sobre la Avenida Casey a la altura del Playón del Ferrocarril, donde al estacionamiento de numerosos automóviles ocupados por grupo juveniles con el transcurrir de los minutos los diálogos, risotadas y griterío va creciendo con el volumen cada vez mas alto de la música hasta que la situación se torna insoportable parta la gente que vive en las inmediaciones.
A eso se suma el insistente consumo de bebidas alcohólicas, las idas y vueltas con botellas envueltas o ocultas de reciente compra en lugares cercanos, después de permanecer en el lugar durante varios minutos, las frenadas, derrapadas de vehículos, cientos de motos que avanzan por la Avenida Casey haciendo “willi” con destinos inciertos y en esa mezcla insólita de desorden, los patrulleros se desplazan lentamente en una actitud pasiva que ni es de vigilancia, ni de prevención, no llaman la atención, no detienen a quienes comenten esos excesos al solo efecto de comprobar el estado de lucidez para seguir conduciendo después de una larga estadía en el playón en medio de un clima hostil que seguramente no habría sido la mejor previa para continuar durante la nocturnidad sin que medien futuros incidentes de mayores características y después lamentar situación.
Ya conocemos el relato oficial, de la prevención en la casa, pero ¿Y la prevención en la calle? las inspecciones que se hacen a la luz del día, en lugares estratégicos de la ciudad que justamente no se cumplen en esos complicados espacios y menos en horas de mayor riesgo y encima ahora que los “cuatri” policiales han ganado la calle, que realmente al principio aparecen en sitios oscuros o frente al Hospital, casi amparados por esas condiciones, utilizando el mensaje de texto, que uno supone será por “razones de servicio” pero al fin y al cabo, no nos da la garantía de un estado de alerta que movilice a las fuerzas policiales para evitar desagradables situaciones sobre todo con joven personal uniformado, es decir es como que falta una actitud expectante, que no se gana solo con el uniforme y ni que hablar si van de a tres aunque estén en pleno centro a la vista de todos.
A esta situación que se aprecia mas por que es a solo una cuadra de la plaza, pero otro riesgo es el famoso “estrellato” de la ruta 85 y su intersección con la Avenida Alfonsina Storni, próximo lugar llamado a convertirse en inmanejable, picadas a la orden del día mas todo lo que se imaginen.
Este año que el verano se prolongó, la situación se complicó por más tiempo y otra vez estamos llorando sobre la leche derramada.
Tema recurrente en la ciudad, solo vasta con inspeccionar mediante una actitud de mayor rigurosidad, sobre cuando la vía publica se vuelve en horas de la madrugada en tierra de nadie.
Hace unas semanas atrás desde la Municipalidad se informaba que desde la Secretaria de Seguridad impulsaban un proyecto que prohibirá el consumo de alcohol en la vía pública.
El proyecto de ordenanza prevé amonestaciones y multas para quienes consuman alcohol en la vía pública o en automóviles.
En caso de que los infractores sean menores quienes responderán serán sus padres.
En tal sentido, Gustavo Di Battista, Secretario de Seguridad, remarcaba que “en la actualidad no tenemos herramientas legales para proceder con quienes consumen alcohol en las calles, caminos, plazas o parques; de sancionarse esta ordenanza ejerceremos un mayor control en la ciudad”.
Expresó que “el proyecto de ordenanza busca satisfacer las demandas de la gente estableciendo un marco legal que no existe; prohibiendo el consumo de alcohol en la vía pública”, afirmó Di Battista, entendiendo por vía pública al sistema integrado por carreteras, caminos, calles, sendas, plazas y parques de dominio común y público.
Además el proyecto hace referencia a que si bien existen normativas municipales, provinciales y nacionales que regulan la distribución, suministro, venta, expendio y consumo de bebidas alcohólicas, tienen alcance únicamente para los locales, comercios o establecimientos habilitados para tal fin.
Establece que los menores también estarán sujetos a las amonestaciones y multas que en su caso deberán pagar los padres. El control del cumplimiento de la disposición será llevado adelante por el área de Inspección Municipal y por la Policía Comunal.
“Hay lugares como el playón del Ferrocarril, algunos espacios verdes no solo en Suárez sino también en los Pueblos Alemanes y en Huanguelén, en donde sabemos que se consume alcohol. Con esta ordenanza se labrarán las correspondientes actas y se decomisará el alcohol encontrado”, afirmó Di Battista.
Por último dijo el funcionario cuando se le consultó, el 6 de marzo, que “esperamos que salga pronto para poder así satisfacer la demanda de la gente y colaborar en mantener un Coronel Suárez tranquilo y ordenado”.
Ahora con la gran cantidad de gente que hubo en la ciudad durante los últimos feriados largos y que con mayor nitidez se vio en esta semana santa transcurrida, si no hay ordenanza aprobada todavía, es menester una distribución mas estratégica y efectiva de tantos rodados policiales y uniformados con un mayor apoyo de los vehículos del grupo municipal de prevención.
Que por lo menos las horas extras, se aprecien como tales, en la calle.