La Parroquia San José, que momentáneamente es atendida espiritualmente por el Padre Eduardo, concentró el domingo a una gran cantidad de fieles, quienes en su mayoría con sus ramos en las manos levantaron la ofrenda para recibir la bendición de parte del Sacerdote y luego compartir la santa misa en el inmenso templo que se encuentra ubicado en la segunda Colonia, reviviendo este pasaje fundamental de la Semana Santa.
La concentración se produjo frente al templo de la Avenida Fundador Eduardo Casey y ante una masiva concurrencia de fieles que acompañan en la apertura de la “Semana Santa” quienes con toda emoción levantaron los ramos mientras el Padre Eduardo recorría cada sector donde la gente se encontraba ubicada antes de acceder al interior del templo sobre la explanada para proceder a la bendición.
Es habitual que el Domingo de Ramos todo el mundo se quiera llevar este símbolo, que se mantendrá vivo hasta el año que viene y que de alguna manera representa la procesión de las palmas, donde los fieles reciben las palmas cantando “Bendito el que viene en el nombre del Señor”.
El sacerdote bendijo las palmas y dirigió la procesión. Luego se compartió la Misa. Se lee el Evangelio de la Pasión de Cristo.
Al terminar la Misa nos llevamos las palmas benditas a nuestro hogar. Se acostumbra colocarlas detrás de las puertas en forma de cruz. Esto nos debe recordar que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle la bienvenida en nuestro hogar. Es importante no hacer de esta costumbre una superstición pensando que por tener nuestra palma no van a entrar ladrones a nuestros hogares y que nos vamos a librar de la mala suerte, al contrario, el significado es otro, iniciamos los acontecimientos de la Semana Santa.